Ha saltado la liebre

Donde menos se piensa, salta la liebre. Este refrán español, que ya aparece en El Quijote y en el Lazarillo de Tormes, significa que aquello que no te esperabas puede ocurrir en cualquier momento. Lo que menos me esperaba yo es que Manuel Blasco, actual senador del PP, y anterior diputado y alcalde de Teruel, escribiera algo sensato. Sus intervenciones públicas no destacan por la brillantez. Más bien todo lo contrario. Y, sin embargo, el pasado sábado, 9 de mayo, escribió un artículo de opinión, Comprar en Teruel, consumir productos de Teruel, que me ha sorprendido por su calidad y por lo razonable de sus propuestas. Lo que me ha llevado a pensar que o bien la cuarentena ha transformado, para bien, a nuestro senador, o bien que el artículo no lo ha escrito él. De todas las acertadas valoraciones sobre la globalización, el comercio electrónico, las nuevas tecnologías, las grandes superficies y el comercio de proximidad, me quedo con este agudo diagnóstico: “Si queremos garantizar el Estado del Bienestar, empresas y ciudadanos tenemos que pagar impuestos y cotizaciones sociales, y para ello también son precisos salarios dignos y suficientes que no vienen de trabajos precarios y poco cualificados, sino de los empleos más productivos”. Que saltara esta liebre yo no me lo esperaba. El Partido Popular, durante todos los años en que ha gobernado, no ha dejado de difundir que es necesario bajar impuestos y cotizaciones sociales, para que las empresas sean más competitivas y haya más dinero en manos de los ciudadanos para fomentar el consumo. Pero a la vez, el Partido Popular, con sus reformas laborales, es responsable de la precarización del empleo en España. Bajada de salarios, contratos basura, abaratamiento del despido y florecimiento de la economía sumergida. No sé yo cómo habrá sentado en las altas esferas del PP que uno de los suyos haya sufrido un cambio tan radical. Seguramente le darán un tirón de orejas y le obligarán a que se busque otro redactor de sus artículos que sea menos socialcomunista. Para evitar que donde menos se piensa, vuelva a saltar la liebre.

Evaristo Torres Olivas