Pablo Iglesias es un buen comunicador. Y un gran manipulador. Una cosa no excluye la otra. Ahora que él e Irene Montero son ministros, no admiten que se les critique y si alguien lo intenta, don Pablo le cuelga el sambenito de machista. Afirma el nuevo vicepresidente que las críticas van dirigidas a la ministra y no a él. "Nadie me ha cuestionado mi posición por ser pareja de Irene Montero" y esto “refleja la necesidad de que haya un Ministerio de Igualdad". Seguro que muchos la han cuestionado. Y yo también la cuestiono. Pablo Iglesias es el secretario general de Podemos. Su pareja, la segunda del partido. En cualquier organización, ya sea un partido o una empresa, eso supone un conflicto de interés. En todas las empresas en las que he trabajado, salvo en una que era una empresa familiar y los puestos directivos los ocupaban padres, hijas, cuñados y primas, no se permitía a miembros de una misma familia en puestos directivos y menos si uno era subordinado del otro. Al negociar los ministerios, se podrían haber cambiado las tornas y nombrar a Montero vicepresidenta y a Iglesias ministro. O todavía mucho mejor, optar porque uno solo de ellos estuviera en el Gobierno y elegir a otra persona, hombre o mujer, como segundo ministro o ministra de Podemos. Y la solución óptima habría sido que ninguno de los dos estuviera en el Gobierno puesto que un partido como Podemos presume de tener a muchas personas preparadas que habrían podido asumir la responsabilidad de los ministerios. En resumen, que de todas las soluciones posibles se ha elegido la peor. Pablo Iglesias, además de por su afición a azotar a mujeres periodistas hasta que sangren y decir que Ana Botella ocupaba un puesto en Madrid por ser "esposa de, nombrada por, sin preparación", resulta ser tan machista como los que él critica. En todos los puestos que ha ocupado, su pareja siempre en segundo lugar. Ya lo dice el refrán: el burro delante, para que no se espante. Y en cuanto al conflicto de interés, ni Iglesias ni Montero lo ven: su partido defiende las confluencias. También las de intereses.
Evaristo Torres Olivas
Despatarramiento o despatarre masculino
2 comentarios:
Esto si que es casta. Feudalismo de nuevo cuño. Ellos sin han Podido. Verguenza o desverguenza a lo grande y ande yo bien y riase la gente.
ARB
Están hundiendo los principios de Podemos, será un gran manipulador pero como estratega no da una a derechas.
La imagen es importante y la suya se hunde y con ella la esperanza de muchos.
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