Evaristo Torres Olivas
jueves, 16 de mayo de 2019
Hacer un pan como unas hostias
"Algunos quieren ser primeros espadas sin haber
gestionado nunca". Lo dice el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo. Y
estoy de acuerdo con él, aunque una cosa es hablar y otra hacer. En el PP, al
igual que en otros partidos, acceden a puestos de responsabilidad personas sin
ninguna formación ni experiencia en el área que han de gestionar. ¿Sabrán esas
personas qué significa gestionar? Tal vez entiendan que consiste en salir en
las fotos, dar la mano a la gente y pronunciar de vez en cuando un discurso que le escriben otros. Además, la política es la mejor escuela de formación de
incompetentes que nos salen muy caros a los ciudadanos. Supongamos que un
diplomado en magisterio es elegido alcalde de un pueblo pequeño. Puesto que los
alcaldes de los pequeños municipios no perciben salario, celebran un pleno al
mes o cada dos meses, los problemas que han de resolver no son muy complejos y
no dedican a la alcaldía más de un par de horas a la semana, perfectamente
pueden compaginar el ejercicio de su profesión de maestro con el de alcalde.
También es compatible ser profesor y diputado provincial raso, que en la mayoría
de los casos solamente requiere levantar la mano en el pleno mensual, aunque ya
nos cuesta a los ciudadanos algunas centenas de euros por las dietas y
asistencias a plenos. La cosa empieza a complicarse cuando al diputado raso lo
nombran responsable de un área de la que no sabe ni papa, pongamos por ejemplo
que al profe de EGB lo nombran responsable de nuevas tecnologías o de economía
y hacienda. Aquí, además de pagarle unas centenas de euros, nos arriesgamos a
que el maestro/diputado cometa graves errores. El siguiente paso es el acceso a
la presidencia de una diputación o de una comarca, senador o diputado nacional.
Debe entonces abandonar su profesión de maestro, seguir dando palos de ciego y
cobrar del erario. Supongamos que después de 20 años vuelve a su puesto de
maestro. Está totalmente desfasado. Pero, además, como conserva algunos cargos
en el partido, muy a menudo no puede impartir sus clases, con perjuicio para
los alumnos. Por otra parte, como ha consolidado los complementos salariales
por su paso por la política, genera un agravio comparativo con sus compañeros
maestros, que con mucha más experiencia cobran mucho menos. En conclusión, que
hemos conseguido un incompetente en dos ocupaciones y con un alto coste. Un pan
como unas hostias.
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Sin pelos en la lengua
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