Llevo unos días madurando mi voto del domingo. Me compré una
libreta y un bolígrafo de punta fina para anotar lo que dicen quienes llevan un
par de semanas con sus gerundios, abogando, apostando, prometiendo y comprometiéndose
para que si les votamos nuestra vida dé un giro de 180 grados. Después de repasar mis apuntes, les cuento a
ustedes a quién votaré. El partido que voy a votar será el que me prometa que
sus candidatos se van a dejar la piel por Teruel, como no puede ser de otra
manera. El partido que abogue por mejorar la vida de los turolenses, porque lo
lleva en su ADN. Votaré a aquellos que apuesten por luchar contra los que
quieren arruinar España, porque hay líneas rojas que no se pueden traspasar.
Daré mi confianza a los que se comprometan a comprometerse sin hacerse trampas
al solitario, porque esa es su hoja de ruta. Meteré en el sobre la papeleta de
quienes me seduzcan con verdades alternativas basadas en hechos alternativos,
porque con la que está cayendo ya es hora de que veamos la luz al final del
túnel. Tendrá mi apoyo el político que me diga que ha hecho los deberes y ponga
encima de la mesa, abogue, apueste, prometa y se comprometa con soluciones a la
problemática que padecemos. El partido que yo vote puede contar con mi
colaboración. Por ejemplo, para luchar contra la despoblación de Teruel, yo me
comprometo a no abandonar mi pueblo y a no alarmar a la gente si la provincia
pierde población; para ello diré que tiene crecimiento negativo, que no por ser
negativo deja de ser crecimiento. Sé con certeza que a mi partido no le temblará
el pulso y tomará medidas contundentes, sí o sí, en caso necesario. Por ejemplo,
que la A-68, la A-40 y las nuevas vías de tren sean solo de llegada: quien
llegue a Teruel tendrá que quedarse aquí, con lo que se producirá un aumento de
población. Después de todas estas explicaciones, estoy seguro de que han
adivinado a qué partido voy a votar. Abogo por mi partido, apuesto por él,
prometo serle fiel y me comprometo a comprometerme, como no podía ser de otra
manera, porque lo llevo en el ADN, es mi hoja de ruta y no quiero cruzar
ninguna línea roja.
Evaristo Torres Olivas
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