“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 24 de enero de 2019

Echenique y la economía de mercado

Publicado en Heraldo de Aragón 24/01/2019
"Si yo fuera él [Errejón] dimitiría. Lo coherente es dejar el escaño. Entiendo que de algo tiene que vivir hasta mayo y eso supongo que también pesa en su decisión personal". Con ese mantra, Pablo Echenique nos ha estado dando la tabarra por tierra, mar y aire, o si se prefiere, por radios, televisiones y redes sociales. Es cierto que después ha pedido disculpas por lo “de algo  tiene que vivir hasta mayo”. Si yo fuera él [Echenique] también dimitiría debido a la ratificación de la sanción por la contratación irregular de un asistente, al que no solamente no había dado de alta en la Seguridad Social, sino que además le pagaba once euros por una hora de trabajo especializado. Si el asistente tenía que desplazarse para atender a Echenique, ¿a cuánto la salía esa hora de curro? Aunque la contratación hubiera sido legal, igualmente debería dimitir: por roñoso e incoherente. Desde que dejó de votar a Ciudadanos, Echenique se ha caracterizado por ser el azote del capitalismo  y de la economía de mercado, esa que hace cada vez más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Pero si le preguntaran por los once euros que pagaba a su asistente por una hora de trabajo, estoy convencido de que diría que son los precios de mercado. Estoy seguro de que a Echenique no le supondría ningún esfuerzo dimitir de su actual cargo en Podemos: tiene mucha experiencia en abandonar el barco antes de hora: era eurodiputado y al poco tiempo se volvió a Zaragoza; fue elegido diputado autonómico, dio la espantada y se fue a Madrid a salir en todas las televisiones y radios, tanto para hablar de política como para hacer el ridículo en programas de humor chabacano. Además, Echenique sí tiene con qué vivir hasta mayo y más adelante: es científico titular de CSIC. Tengo la seguridad de que es mucho mejor científico que político. Cualquier contribución que pudiera hacer a la ciencia, por pequeña que fuera, sería mucho más relevante que sus aportaciones al pensamiento político durante los últimos cinco años: infinitesimales. Pero como tanto la suma de infinitésimos como el producto de infinitésimos es un infinitésimo, podemos afirmar que sus aportaciones se acercan a la nada, a la insignificancia.
Evaristo Torres Olivas

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