“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 10 de diciembre de 2018

Mamarrachadas

Publicado en Diario de Teruel 12/12/2018
Me cuesta entender que una persona que presume de ser un científico, acostumbrada a manejar datos, a sacar conclusiones basadas en hechos, pueda ser un cero a la izquierda en otros asuntos y que además no sea capaz de verlo. Es el caso de  Pablo Echenique. Desconozco su producción científica, pero aunque la conociera carezco de la formación, los conocimientos y de la experiencia necesarios para opinar. No sucede lo mismo con su “producción política”. Ahí sí me siento capacitado para valorar y criticar.  Sus declaraciones y opiniones no es que sean simples: son simplezas. Tal vez la lógica borrosa o difusa funcione en la ciencia y la tecnología, pero en el relato para convencer al ciudadano produce arcadas. No sé qué nombre recibe ese proceder de los políticos, ese sesgo que les hacer ver porquería en todo lo que sale de la boca del adversario y exquisitez en las mismas palabras pronunciadas por los suyos. En la jornada de reflexión de las pasadas elecciones andaluzas, Pablo Echenique escribía en su cuenta de Twitter: “Hermano andaluz. Hermana andaluza. Hayas votado a quien hayas votado en el pasado. No te voy a pedir el voto. Sólo te pido que veas estos 2 minutos de Teresa Rodriguez. Y que mañana vayas a votar pensando en las cosas que son de verdad. Andalucía se juega mucho”. Los dos minutos de Teresa Rodríguez son uno de los peores discursos que yo he escuchado en muchos años. Está lleno de lugares comunes sobre Andalucía y los andaluces, y en lugar de argumentos, insultos. Mamarracho es el más repetido para referirse al líder el PP, Pablo Casado. Cinco veces lo llama así en esos dos minutos. El discurso falla en todo, en el fondo y en la forma. Falla la entonación, falla la argumentación, sobran los insultos y las descalificaciones. Algo totalmente incomprensible puesto que Teresa Rodríguez es profesora de Lengua. ¿Ese ese es el manejo de la lengua que enseñaba a los alumnos? No quisiera yo tener un profesora tan poco cualificada. Y con tan poco poder de convicción: el partido del mamarracho ha obtenido nueve diputados más que el suyo. Y lo han votado esos andaluces tan ejemplares que ella retrata en su deleznable discurso plagado de mamarrachadas. El mismo que al científico Echenique le suena a “cosas que son de verdad”.
Evaristo Torres Olivas

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