Asaltar los cielos, gente corriente
haciendo cosas extraordinarias, mandar obedeciendo, unidad, unidad. Todo lo
anterior son consignas con las que Podemos ha ido posicionándose en el difícil
mercado de los partidos políticos. Nada diferente a lo que se hace para vender
cualquier otro producto, ya sea un refresco que pretende ser la chispa de la
vida, un detergente que se anuncia como el milagro anti manchas, el turrón para
que vuelvas a casa por Navidad, una cuchilla de afeitar que es lo mejor para el
hombre o un diamante que es para siempre. Palabrería vacua, mentiras,
exageraciones. El único objetivo es vender más unidades de producto, ya sea un
lavavajillas o papeletas con la cara de un señor con coleta. Pero además de los
eslóganes, también se recurre a otras técnicas
y trucos (¿engaño, manipulación?) para que elijamos un artículo determinado.
En los supermercados, los productos situados a la altura de los ojos se venden
mucho mejor que los situados en el suelo o en los estantes más altos. En una
lista de candidatos, los situados en los primeros puestos y en las primeras
filas tienen mayor probabilidad de ser elegidos que los colocados en las
últimas posiciones o en las últimas filas. De ahí que las empresas paguen a los
supermercados por situar sus productos en los lugares más estratégicos. Y
también que los que mandan en los partidos coloquen a los candidatos en un
orden determinado. Eso sí, tanto empresas como partidos, los muy cínicos, se
apresuran a decir que el consumidor o el votante puede elegir libremente, y que
puede agacharse para coger el producto colocado a la altura de los pies o
elegir a los candidatos que aparecen los últimos en la lista del partido. La
diferencia estriba en que las empresas consideran que recurrir a la publicidad
o a las estrategias de mercadotecnia es algo lícito en una economía capitalista
de mercado, mientras que Podemos pretende crear un sistema mucho más justo, más
igualitario, en el que los ciudadanos tomen decisiones basadas en hechos, en información
veraz y verificable, en la democracia de las bases, en la participación y en el
cumplimiento de lo que se promete. Sin trampa ni cartón. Y
hasta la fecha, ni han asaltado los cielos, a la gente corriente los dirigentes
no les dejan hacer cosas extraordinarias, en lugar de mandar obedeciendo han
conseguido mandar y que callemos y obedezcamos y la cacareada unidad, unidad
consiste en que los tres fundadores de Podemos, Iglesias, Errejón y Bescansa, y
sus seguidores, se hayan enzarzado en
una lucha fratricida por el poder.
Evaristo Torres Olivas
2 comentarios:
¿Qué tiene Ud en contra de las coletas? Ya huele tanto meterse con Podemos.
¿Qué tiene en contra de las coletas?¿No tiene nada mejor que hacer?
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