“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 4 de diciembre de 2017

Con trampa y con cartón

Asaltar los cielos, gente corriente haciendo cosas extraordinarias, mandar obedeciendo, unidad, unidad. Todo lo anterior son consignas con las que Podemos ha ido posicionándose en el difícil mercado de los partidos políticos. Nada diferente a lo que se hace para vender cualquier otro producto, ya sea un refresco que pretende ser la chispa de la vida, un detergente que se anuncia como el milagro anti manchas, el turrón para que vuelvas a casa por Navidad, una cuchilla de afeitar que es lo mejor para el hombre o un diamante que es para siempre. Palabrería vacua, mentiras, exageraciones. El único objetivo es vender más unidades de producto, ya sea un lavavajillas o papeletas con la cara de un señor con coleta. Pero además de los eslóganes,  también se recurre a otras técnicas y trucos (¿engaño, manipulación?) para que elijamos un artículo determinado. En los supermercados, los productos situados a la altura de los ojos se venden mucho mejor que los situados en el suelo o en los estantes más altos. En una lista de candidatos, los situados en los primeros puestos y en las primeras filas tienen mayor probabilidad de ser elegidos que los colocados en las últimas posiciones o en las últimas filas. De ahí que las empresas paguen a los supermercados por situar sus productos en los lugares más estratégicos. Y también que los que mandan en los partidos coloquen a los candidatos en un orden determinado. Eso sí, tanto empresas como partidos, los muy cínicos, se apresuran a decir que el consumidor o el votante puede elegir libremente, y que puede agacharse para coger el producto colocado a la altura de los pies o elegir a los candidatos que aparecen los últimos en la lista del partido. La diferencia estriba en que las empresas consideran que recurrir a la publicidad o a las estrategias de mercadotecnia es algo lícito en una economía capitalista de mercado, mientras que Podemos pretende crear un sistema mucho más justo, más igualitario, en el que los ciudadanos tomen decisiones basadas en hechos, en información veraz y verificable, en la democracia de las bases, en la participación y en el cumplimiento de lo que se promete. Sin trampa ni cartón.  Y hasta la fecha, ni han asaltado los cielos, a la gente corriente los dirigentes no les dejan hacer cosas extraordinarias, en lugar de mandar obedeciendo han conseguido mandar y que callemos y obedezcamos y la cacareada unidad, unidad consiste en que los tres fundadores de Podemos, Iglesias, Errejón y Bescansa, y sus seguidores,  se hayan enzarzado en una lucha fratricida por el poder.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué tiene Ud en contra de las coletas? Ya huele tanto meterse con Podemos.

Anónimo dijo...

¿Qué tiene en contra de las coletas?¿No tiene nada mejor que hacer?