“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 17 de noviembre de 2017

Tarzán, la mona Chita, la guitarra, las gallinas y los pavos

Poco más se puede añadir a lo que dice don Carlos Casas Villén en su excelente columna, La “fiesta” de los toros, publicada en Diario de Teruel el 15 de noviembre. Desmonta uno a uno los argumentos de Luis Lezama, sacerdote, periodista y educador, según se autodenomina. Un cura que considera que todo aquel que no comparta sus “verdades” es un ceporro, un ignorante.  En las siguientes líneas voy a demostrar que don Luis es irracional, al igual que los toros, los pavos y las gallinas. Y para ello utilizaré las reglas de la lógica, esa ciencia formal cuyo nombre deriva de logos, razón. Partiremos de las premisas que utiliza el sacerdote Lezama para llegar a la conclusión de que los toros no sienten dolor. 1. “El ser humano es racional”. 2. “Los toros, las gallinas y los pavos son irracionales”. 3. “El dolor es algo racional”. Conclusión: “Sufrimos los humanos pero no los animales porque no pueden reflexionar con dolor como los humanos”.  Si se manipulan las premisas como le da a uno la gana, mediante falacias argumentativas, se puede demostrar lo que se quiera. Aquí van dos ejemplos que se me acaban de ocurrir. La flauta es un instrumento de viento. La guitarra es un instrumento de cuerda. El viento es algo bueno. Conclusión: la flauta es un instrumento bueno y la guitarra, malo. Tarzán es un hombre. Chita es una mona. Los hombres comen. Conclusión: Las personas comen y los monos no. De un sacerdote, periodista y educador se espera un mínimo de capacidad intelectual, un dominio, aunque sea elemental, de las leyes de la lógica y, sobre todo,  no tomar por imbéciles  a los feligreses, lectores y alumnos. A Luis Lezama habría que explicarle  qué es lo lógico y lo ilógico, lo racional y lo irracional, la verdad y la posverdad, las estupideces, las chorradas y las gilipolleces. Cualquiera que tenga un perro, un gato, cualquiera que haya visto a un animal enfermo, herido, moribundo, cualquiera que haya asistido a la matanza del cerdo sabe que los animales sienten dolor, sufren. Cualquiera también es capaz de deducir que don Luis Lezama es irracional. Y que siente dolor, igual que los toros, las gallinas y los pavos.

Evaristo Torres Olivas


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