En algunos partidos, principalmente de la izquierda, se
abusa del mal llamado lenguaje inclusivo para evitar el sexismo lingüístico y la invisibilidad de la mujer. No quiero
pontificar sobre un campo del saber en el que no soy especialista. Solamente
diré que me aburren los discursos llenos de señoras y señores, todos y todas,
compañeros y compañeras, niños y niñas. Me agotan las repeticiones de estamos hartos y hartas, contentos y contentas.
Y me confunden quienes utilizan el género femenino como género no marcado para
incluir a hombres y mujeres. En Podemos Aragón, sus dirigentes son
especialistas en crear confusión. Tanto Erika Sanz como Nacho Escartín,
dirigentes que se han enfrentado para ocupar la secretaría general de Podemos
Aragón, son especialistas en sembrar embrollos. Y Pablo Echenique, el
secretario general saliente, un maestro en incoherencia. Una lengua funciona
cuando hay acuerdo entre los hablantes sobre las reglas de juego. De lo
contrario, el caos. Da lo mismo conducir por la derecha que por la izquierda,
pero hay que ponerse de acuerdo. Lo que no puede ser es que cada persona decida
por su cuenta por qué lado le apetece llevar el coche. Cuando la candidatura de
Nacho Escartín pide el voto en un cartel de su candidatura con el eslogan “Todas
juntas en el camino” no sabemos a qué atenernos; mucha gente pensará que
solamente se dirige a las mujeres. Si decimos Nacho y Erika son amigos, todo el
mundo lo entiende; si se dijera que son amigas, nos confundiría. Y si se opta
por decir que Nacho y Erika son amigos y amigas, la economía del lenguaje se va
al garete. Y ahora viene la incoherencia de Pablo Echenique. Tan defensor como
es del lenguaje inclusivo, de todos y todas, compañeros y compañeras, no duda
en escribir en su cuenta de Twitter el siguiente texto para quejarse de unas
pintadas en la sede del partido: “Unos señores que se creen que España son
ellos y van y votan a los de las cuentas en Suiza nos han decorado la sede de Podemos
Aragón”. Para Echenique, quienes pintan
sedes y tienen cuentas en Suiza son solo hombres. O tal vez lo ha hecho por no
superar los 140 caracteres si escribía que unos señores y señoras que se creen
que España son ellos y ellas y votan a los y las de las cuentas…Y por otra parte, llamar señores a quienes pintarrajean
fachadas tampoco es lo más adecuado.
Evaristo Torres Olivas
2 comentarios:
Earisto, estos nuevos personajes tienen la meta de colocarse en el lugar de los anteriores, sin cambiar nada. Eso sí, la apariencia de ser más solidarios, permisivos, etc...¡ Que no te engañen!
Pues estando atascada la cloaca como lo está, vendría bien un poco de limpieza para que mejoren algo las cosas. Y hasta que creasen sus redes de corruptelas como ya tienen montados los del bipartito, pasaría algo de tiempo y los "preparaos" que se enchufan actualmente tendrían que buscarse las habichuelas en el mundo real.
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