Ayer estuvo en Teruel Pedro Sánchez. He visto el video y las fotos que ha publicado Eco de Teruel. Muy interesantes, tanto el video como las
fotos, porque permiten saber que en Teruel Pedro Sánchez no es bien recibido
por la cúpula socialista. Ni en la presentación, ni siquiera haciendo bulto
estaban los gerifaltes. Ni estaban ni se les esperaba. Ni guillenes ni
arrufates hicieron acto de presencia. Tampoco Mayte Pérez. Ni Urquizu. El único que ha dado la cara ha sido Simón Casas, el
que fuera diputado y director general de Transportes con Marcelino Iglesias. No
es que me importe demasiado lo que ocurra en el PSOE y quién asiste o deja de
asistir a sus encuentros. Pero sí me sirve para reflexionar sobre cómo funciona
la política y qué intereses se defienden. Si en vez de candidato defenestrado y
con pocas posibilidades de triunfo, Sánchez fuera el propuesto por el aparato,
guillenes y arrufates, morros y urquizus se habrían dado codazos por aparecer
en la foto con el candidato. Lambán apoya a Susana Díaz. Tanto la apoya que
incluso hizo el ridículo en Sevilla hace unos meses cuando con su escaso
carisma y mediocre oratoria le dijo que “Susana es una trianera tocada por los
dioses del socialismo y la política. Vas a ser requerida para parar, templar y
mandar. Vas a acabar mandando". Y como Lambán apoya a Susana, aquellos
cuyos nombramientos dependen de Lambán votan, defienden, abrazan, se hacen
selfies, comen, ríen y dan saltos con quien diga Lambán. Porque si no lo hacen
se les acabó el chollo y las abultadas nóminas. En Los Santos Inocentes, Paco y Régula se humillan ante los jefes diciendo “a mandar que para eso estamos”. Cuando es por
necesidad, para sobrevivir, para no morirse de hambre, no se pierde la dignidad. En el caso de los
políticos, sí. Lo hacen por mantenerse en el poder, por figurar en las próximas
listas electorales y seguir viviendo del cuento cuatro años más. Lo hacen para
defender sus intereses particulares a pesar de haber sido elegidos para
defender los intereses de los ciudadanos que les votan. Si Pedro Sánchez fuera
el presidente del Gobierno, besarían el suelo por el que pisa. Como es un “apestado”
del aparato, escupen a su paso.
Evaristo Torres Olivas
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