Las raquetas y las pelotas

A Pablo Iglesias le gusta repetir la frase muy revolucionaria y muy zapatista de mandar obedeciendo. Queda muy bien cuando él, buen orador, la lanza, coleta al viento, junto a otras como la gente, los de arriba y los de abajo, la casta y los de la cal viva. Pero Pablo debería tener cuidado  y ser coherente con lo que dice, no vaya a ser que tanta cháchara de  los significantes vacíos se convierta en charlatanería vacua. Si,  según Iglesias, la gente de Podemos, los 40.000 inscritos, los cinco millones de votantes, y todo aquel que quiera participar, son los que les dicen a los dirigentes lo que tienen que hacer, ¿a qué viene ahora diciendo que “votar documentos y candidatos es compromiso, es coherencia y es sentido común”? El mayor compromiso es cuando se es capaz de obedecer a la gente aunque no se esté totalmente de acuerdo con lo que le manden, la mayor coherencia consiste en no contradecirse y el sentido común nos dice que no hay que mezclar churras con merinas, que una cosa son las políticas y otra los candidatos y que no puede ir todo en el mismo paquete, que quien me vende una raqueta no pretenda endiñarme las pelotas de la misma marca, que a mí a lo mejor me gustan las raquetas de Wilson pero prefiero las pelotas Dunlop. Pablo Iglesias está demostrando en todo este proceso previo a Vistalegre II una escasa capacidad de negociación con las otras candidaturas y hace una utilización perversa desde la Secretaría General y la de Organización, para imponer su criterio. Porque en esta absurda consulta para decidir cómo se vota se han hecho alrededor de 40 propuestas, no hay tiempo para leerlas todas, y a pesar de ello se pretende que sin apenas tiempo se vote. Sabe Iglesias que él seguirá siendo secretario general, porque tanto “errejonistas” como Anticapitalistas le apoyan. Pero Iglesias no se conforma con eso, con mandar obedeciendo; lo que quiere es mandar y que todos obedezcan. Es una lástima que un partido que en estos momentos debería estar debatiendo sobre políticas para resolver los problemas de los ciudadanos, estrategias para que los círculos vuelvan a ser foros de intercambio de opiniones, centros de formación de cuadros y dirigentes y no insignificantes vacíos,  estemos perdiendo el tiempo con chorradas como si Borda o Desborda. La mejor manera de tirarlo todo por la borda.

Evaristo Torres Olivas