“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 30 de diciembre de 2016

Empalagoso

A principio creí que se trataba de una broma de El País en el  día de los Inocentes. Para no pecar de idiota, busqué en otros periódicos para confirmar o desmentir la noticia. Todos la recogían. La noticia es esta: Pablo Iglesias pide perdón a los inscritos y admite que se ha equivocado. Lo dice en una carta enviada a los cuatro vientos después de que una abuela extremeña de 76 años le enviara un whatsapp en el que le pedía que no se pelearan. Pueden escucharlo todo en este video. Al secretario general de Podemos, al Coletas, le ha dado estas navidades por el género epistolar y en vez de enviar las cartas a los Reyes Magos, se las manda a Errejón o a todo el que se le pone por delante. A mí lo de “me he equivocado y os pido perdón” me ha recordado al “lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir” de un señor al que pillaron matando elefantes en África. La verdad es que produciría risa si no fuera porque Pablo Iglesias es en secretario general de un partido con muchos diputados, cinco millones de votos y que pretende gobernar este país. Los que se presentan como la nueva política se están comportando exactamente igual que los de la vieja. Los abuelos, los niños y los jóvenes dan mucho juego en la demagogia política. Zapatero nos calentó la cabeza con su abuelo republicano, la niña de Rajoy se hizo famosa y  Pedro Sánchez también nos dio la tabarra con su joven a la que unos días llamaba Juana, otras,  Valeria y otras,  Verónica. Ya sé que estamos en las fiestas navideñas, época del año en la que se lleva lo dulce y empalagoso, el vuelve a casa, vuelve y las lucecitas de colorines, pero yo creía que en Podemos se jugaba en otra liga, ya que algunos me han felicitado deseándome Feliz Solsticio de Invierno, así con mayúsculas y todo. Estas navidades, o este solsticio de invierno, serán recordados como el momento en que el partido de la gente, de los de abajo, de los que combatían a los de arriba y a los de la casta, ha iniciado la larga marcha que, de no rectificar, puede conducirle a la insignificancia. Otros partidos tardan más en enzarzarse en peleas de poder, de familias y de clanes. Podemos lo está consiguiendo en poco más de dos años. No es una Vista Alegre. O Vistalegre.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

A la insignificancia, no sé, pero el espectáculo es lamentable. Quien tenga la fortuna de ser un poco realista y algo de ganas ya puede ir preparando un nuevo 15M (mejor, a ser posible) para estructurar la defensa de la gente de abajo de otra forma... pues me temo que Podemos lleva bastante mal camino.