El regalo que nos han hecho los
jefes de Podemos en estas navidades es horroroso. Para devolverlo a la tienda
de los horrores. Todo empezó con la preparación de Vistalegre II y las
propuestas de las corrientes, sensibilidades o como se quiera llamar a la cosa.
Desde la Secretaría General de Iglesias y su fiel escudero, el secretario de
Organización Echenique, es decir, con todos los recursos del aparato del
partido, se lanzó una propuesta de
sistema de votación destinado a copar los puestos de dirección del partido. El
comportamiento de Echenique es difícil de entender: ha pasado de oponerse a
Pablo Iglesias en Vistalegre I, y que este prefiriera a Violeta Barba para la
Secretaría General de Aragón, a ser el sí, bwana del Coletas y autor del método Desborda con el que se han presentado y
han ganado, como era de esperar, aunque
por los pelos. Tal vez ese sea el precio
que haya que pagar por haber sido nombrado secretario de Organización estatal y
salir en todas las televisiones a todas horas. En cuanto se toca poder y te conviertes
en famoso por salir en la tele todos los
días, las ideas se van a la mierda y donde dije digo, digo Diego. O Rodrigo.
Pero no Íñigo. Echenique ha sido también el encargado de comunicar las tontadas
que se dicen siempre: que los 100 000 inscritos que han votado es una
participación alta, que en Podemos están muy contentos con los resultados. Pero
la realidad es que 100 000 sobre 450 000 inscritos tampoco es para tirar
cohetes (a un partido del Bernabéu van más espectadores). Que a pesar de estar
diseñado todo el proceso para que ganasen ellos, la diferencia sobre el segundo
ha sido de apenas 2000 votos. Que si bien es cierto que han obtenido el 41 por
ciento de los votos, no es menos cierto que el 59 por ciento ha votado a otras
opciones. Y que 41 000 sobre 5 millones
de votantes de Podemos apenas representa el 0, 86%. Es decir, casi nada.
Insignificante. Sé que esta
interpretación de los datos puede parecer interesada y algo manipuladora por mi
parte, y lo admito, pero no menos que las que han hecho de los resultados
Iglesias, Echenique, Montero, Espinar y toda la cohorte de sus seguidores. Su
exigua victoria no les ha impedido tomar decisiones movidos por el rencor y la
venganza. Pero de eso hablaremos mañana.
Evaristo Torres Olivas
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