“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 27 de diciembre de 2016

El discurso del método

El regalo que nos han hecho los jefes de Podemos en estas navidades es horroroso. Para devolverlo a la tienda de los horrores. Todo empezó con la preparación de Vistalegre II y las propuestas de las corrientes, sensibilidades o como se quiera llamar a la cosa. Desde la Secretaría General de Iglesias y su fiel escudero, el secretario de Organización Echenique, es decir, con todos los recursos del aparato del partido,  se lanzó una propuesta de sistema de votación destinado a copar los puestos de dirección del partido. El comportamiento de Echenique es difícil de entender: ha pasado de oponerse a Pablo Iglesias en Vistalegre I, y que este prefiriera a Violeta Barba para la Secretaría General de Aragón, a ser el sí, bwana  del Coletas y autor del método Desborda con el que se han presentado y han ganado, como era de esperar,  aunque por los pelos.  Tal vez ese sea el precio que haya que pagar por haber sido nombrado secretario de Organización estatal y salir en todas las televisiones a todas horas. En cuanto se toca poder y te conviertes en famoso por salir en  la tele todos los días, las ideas se van a la mierda y donde dije digo, digo Diego. O Rodrigo. Pero no Íñigo. Echenique ha sido también el encargado de comunicar las tontadas que se dicen siempre: que los 100 000 inscritos que han votado es una participación alta, que en Podemos están muy contentos con los resultados. Pero la realidad es que 100 000 sobre 450 000 inscritos tampoco es para tirar cohetes (a un partido del Bernabéu van más espectadores). Que a pesar de estar diseñado todo el proceso para que ganasen ellos, la diferencia sobre el segundo ha sido de apenas 2000 votos. Que si bien es cierto que han obtenido el 41 por ciento de los votos, no es menos cierto que el 59 por ciento ha votado a otras opciones. Y que 41 000  sobre 5 millones de votantes de Podemos apenas representa el 0, 86%. Es decir, casi nada. Insignificante.  Sé que esta interpretación de los datos puede parecer interesada y algo manipuladora por mi parte, y lo admito, pero no menos que las que han hecho de los resultados Iglesias, Echenique, Montero, Espinar y toda la cohorte de sus seguidores. Su exigua victoria no les ha impedido tomar decisiones movidos por el rencor y la venganza. Pero de eso hablaremos mañana.

Evaristo Torres Olivas

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