Evaristo Torres Olivas
martes, 9 de junio de 2015
El atajo del hatajo
¿Es la política un atajo para que los mediocres puedan
ascender en la escala profesional a puestos que por méritos propios nunca
alcanzarían? ¿Los es para gente impaciente que no quiere dedicar tiempo y
esfuerzo a formarse y adquirir experiencia profesional? En uno de sus libros,
Antonio Muñoz Molina escribía que “en ningún otro campo profesional se puede
llegar tan lejos careciendo de cualquier cualificación, conocimiento o
habilidad verificable”. Añadía a continuación: “He visto a un administrativo
entrar de concejal en 1979 y sin haber adquirido ninguna cualificación aparte
de la de la maniobra política llegar diez o doce años después a presidente de
una de esas cajas de ahorros que nos han llevado a la quiebra”. Sobre este
asunto he tenido hoy un debate con un grupo de amigos. Mi opinión al respecto
es muy parecida a la del escritor Muñoz Molina. Pero no era la mayoritaria
entre el grupo de amigos. Unos me decían que mi propuesta es elitista, otros
que pretendía que la política fuera cosa de “tecnócratas”. Opinaban que hay que
distinguir entre el “nivel técnico y el nivel político”. En el nivel político
están las personas que “tienen una visión política de horizonte y de formas” y
no necesariamente han de poseer conocimientos “técnicos”. El problema que yo le
encuentro a esa propuesta es cómo se mide esa visión y en qué consisten los
horizontes y las formas, además de ser dos palabras muy sugerentes. ¿Es algo
innato o se adquiere en el partido? Está claro que hay que distinguir entre el
nivel técnico y el político, entre las competencias técnicas y las de
liderazgo. Estoy de acuerdo con que el jefe de un gabinete de abogados no es el
que más derecho mercantil, civil o laboral sabe; seguramente habrá en el
despacho gente que sabe más de cada una de esas materias. ¿Pero podría no tener
ni idea de derecho? Creo que no. Puede un administrativo o una licenciada en periodismo
dirigir una caja de ahorros? Por poder, sí pueden, pero los resultados están a
la vista. Como no tengo las cosas claras, me gustaría que los lectores de este
blog dieran su opinión sobre la cualificación que deberían tener nuestros
políticos. Si la política es un atajo para un hatajo de mediocres, o todo lo
contrario.
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A samugazos
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6 comentarios:
Buenos días Evaristo:
La política es como todas las "ciencias" humanas.
Unas se basan en conocimientos ciertos o exactos y otras en creencias o mantras o convenios, pero a todas se les puede pasas las mismas "fast-Check".
De la misma manera que cualquier persona sin ser médico es capaz de tomarse una aspirina y un paracetamol para un dolor de cabeza y, esto tiene que ver con la medicina, cualquier ciudadano puede tener relaciones con la Política, sin ser un político.
Siguiendo con este símil, cuando uno necesita una BUENA MEDICINA, no se automedica ni se lo pregunta a un primo suyo que "de esto sabe mucho", sino que acude a un profesional cualificado, generalmente un Médico.
NO! Cualquiera no puede hacer una buena POLÍTICA.
Las políticas ni se deciden en cada pueblo ni se financian en cada pueblo, se deciden a un nivel más alto (Europa, Estado, DGA...) y van acompañadas de presupuesto para ser ejecutadas.
La medicina "tampoco" se "HACE" en los ambulatorios, pero si que se ejerce y se ejecuta, y de la misma manera que el sentido común de estos profesionales, nos dice que en esa practica necesitamos a los mejores cualificados, en la política debe ser lo mismo.
Y esto no es elitista. Nadie subiría a un avión a sabiendas de que el piloto va borracho, y que esta en tratamiento por depresión o padece esquizofrenia.
Resumiendo:
Establecidas las POLÍTICAS (por supuesto nacidas de la voluntad de los ciudadanos), los/las que deben llevarlas a cabo y ejecutarlas tienen que ser los mas cualificados no solo técnicamente sino humanamente (todos conocemos lo que es capaz de hacer un sociopata en un gobierno) y bajo una óptica de TOTAL transparencia.
Estoy de acuerdo con el amplio y riguroso comentario anterior.
Solo añadiré que, si no se dan ambas condiciones en la misma persona y hay que elegir, prefiero optar por el político.
Saludos
Veterinario. ¡Por lo menos tienes que ser veterinario! Y de ay para arriba.
La política es una cuestión de carácter, no de currículum. Debería serlo, vaya, porque en España es, como todo, una cuestión genética y clientelar. A mí no me parece mal que un administrativo sea presidente de una nación. Lo único que le pido es que sea honesto, cauto y decidido, y si le exijo que sea culto no es por amor al elitismo sino a la sabiduría. Un albañil que ha leído con provecho los diarios de Azaña o los de Churchill me parece más preparado para gobernar que un registrador de la propiedad que no haya leído más que los temas de oposiciones. En España confundimos el rango con la preparación, y las corbatas con la cultura. Y bueno, quizá es que todo lo que dice Muñoz Molina me sabe a resentimiento.
El autor del segundo comentario soy yo, Luis Antonio
No sé qué ha pasado...
Aprovecho para añadir que me encanta la aportación de Bernardinas
Totalmente de acuerdo con Bernardinas. Antonio, como suele, ponderado y atinado.
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