Evaristo Torres Olivas
lunes, 25 de mayo de 2015
Los prescindibles
No me han gustado los malos resultados del PP en las
elecciones. Me hubiera gustado que fueran peores. Que no hubieran obtenido ni
un voto. Me alegro a medias de los buenos resultados de las listas de Carmena
en Madrid, Colau en Barcelona y Santisteve en Zaragoza. Me habría gustado que fueran
mejores. Sí me ha gustado, y mucho, que Rosa Díez desparezca del mapa
electoral. No sé si alegrarme o ponerme triste por el batacazo de IU. En ese
partido tengo un puñado de amigos. Y otro puñado de enemigos. El repertorio y
las partiduras de Izquierda Unida me gustan, pero los músicos que las
interpretan, no. Es una orquesta que desafina, con demasiada gente que lleva
demasiado tiempo ejecutando la misma solfa de forma mecánica, sin pasión. Gente que no quiere dar paso a compañeros más dotados que ellos,
que confunde la música de cámara con la de camarilla. IU es una organización con exceso de
familias, corrientes, sensibilidades, fontanería y pasillos sin luz ni
taquígrafos. Es un partido de maniobras orquestales en la oscuridad, apaños
entre bastidores. Partido de las viejas glorias que se resisten a abandonar la
primera línea y el coche oficial. Es una organización que con demasiada
frecuencia no practica la democracia interna; que organiza primarias en las que
siempre ganan los candidatos del aparato. Que no ejerce la autocrítica, que
dice buscar la confluencia y pone a caer de un burro a los partidos con los que
podría confluir. Un partido, al fin, que afirma que sus candidatos son imprescindibles,
pero los votantes han prescindido de
ellos. Según todo lo anterior, debería
alegrarme de su descalabro electoral. Sin embargo, en IU también hay militantes
muy honestos, gente luchadora, que lleva muchos años defendiendo las causas de
los más puteados, que pone su tiempo y su trabajo al servicio de los demás, sin
recibir nada a cambio; que expone su jeta para que se la partan en las
manifestaciones, las mareas y los desahucios. Personas de principios y con
valores. Militantes de la decencia, la justicia y la igualdad. Y por estos
últimos no me alegra que su partido esté al borde del precipicio. Ojalá haya
servido este llamada de atención de los ciudadanos para que IU abra puertas y
ventanas para ventilar la casa y que se pueda formar una nueva orquesta con
músicos que toquen las partituras con pasión, sensibilidad y generosidad. Donde
nadie sea imprescindible pero todos necesarios.
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A samugazos
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3 comentarios:
Suscribo todas y cada una de tus palabras.
Creo que al PP le han instalado una capilla ardiente en el Pignatelli.
Es de celebrar que el Par no pillará cacho en D.G.A. . Algo es algo. Además, ha finalizado la murga electoral -aunque sólo sea la propiamente dicha-, que también relaja.
Saludos
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