“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 24 de abril de 2015

Político a la fuerza

Yanis Varoufakis, el ministro griego de Finanzas, es un tipo listo. Muy listo. En una entrevista con Jordi Évole hace afirmaciones con las que es difícil no estar de acuerdo. Son pura sensatez y sentido común. Dejaré para otro día lo que opina sobre la economía, él que es economista. Hoy me centraré en su visión de lo que debería ser un político.  Varoufakis, un brillante profesor, no cree en los políticos profesionales. Ni en los que se ofrecen para ser presidente de cualquier cosa. Es más, quien se postule para algo debería ser descartado: lo único que busca es poder, dice.  Según don Yanis, uno tendría que ser forzado a ser político. Esto no ocurre  en España, donde los políticos o aspirantes  a serlo recurren a todo tipo de artimañas, trucos y manipulaciones para conseguir un puesto de salida en las listas y ocupar un cargo. Listas cerradas y bloqueadas, listas medio abiertas y que en realidad son medio cerradas. Listas oficiales y tontos útiles que se presentan como independientes para enmascarar un poco el sistema. Y acumulación de cargos. Un administrativo, un secretario, una archivera, una camarera solo pueden hacer un trabajo, pero una presidenta de un partido como Carmen Pobo puede ser a la vez concejala de su pueblo, presidenta de la Diputación, diputada autonómica y lo que le echen. Como es tan capaz  para desempeñar tantos puestos a la vez, podría aprovechar el tiempo que le queda libre, que seguro que lo tiene, para leer algún libro, que buena falta le hace, tanto a ella como a su amigo el alcalde Blasco, que también acumula cargos:  alcalde, senador y comercial de Teruel, según presume. Pero no quiero terminar esta columna sin aclarar que este proceder no es exclusivo del PP. En otros partidos también es corriente coleccionar cargos: Guillén, el del PSOE,  es secretario general y diputado. Porque es cojonudo ser juez y parte. O yo me lo guiso y yo me lo como. Y como soy el que manda, decido ponerme el primero de la lista. Guillén ya ha sido senador, diputado nacional y ahora quiere mojar en la salsa del parlamento de Zaragoza.  Ni a Guillén ni a Pobo ha habido que forzarlos para que sigan siendo políticos. Defienden sus privilegios con uñas, dientes y muy poca vergüenza. A estos,  los ciudadanos les importamos una mierda.

Evaristo Torres Olivas
Un chico listo

2 comentarios:

dapazzi dijo...

Se puede decir más alto pero no más claro.
Es todo muy triste.
Saludos.

Anónimo dijo...

Mientras haya privilegios para conquistar habrá bofetadas, puñaladas y mil trampas para hacerse con ellos. El ser humano es así; no todos los individuos, no, pero siempre habrá algunos dispuestos a lo que sea para acceder a dichos privilegios. La única posibilidad de llegar a una sociedad decente pasa por privilegios para nadie y poder para nadie. Para empezar a hablar.

Mientras tanto coged un buen sillón... o trabajad, si os place, para que tal cosa pueda ser. El tiempo corre, y el planeta no va a aguantar a los humanos y su ritmo destructivo eternamente.