“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 15 de abril de 2015

Los vendedores de burras (5)

Cuando en unas elecciones con listas abiertas se permiten diferentes formas de participar, los resultados son muy predecibles. Si se presentan candidaturas agrupadas y candidaturas individuales, las últimas tienen la casi total seguridad de obtener un número insignificante de votos. Y en las agrupadas, el orden de los candidatos —que no es aleatorio—garantiza que el resultado final no sea muy diferente al orden inicial. Es decir, no es probable que los últimos de la lista den el salto a los primeros puestos. Imaginemos que hay que cubrir 67 puestos de un parlamento autonómico y se presentan una lista agrupada de 67 personas y 23 candidaturas independientes. Cada votante tiene la posibilidad de dar un mínimo de un punto y un máximo de 67. ¿Todos tienen las mismas  oportunidades? No. En el ejemplo anterior, que no es producto de la imaginación sino un caso real reciente, de los 23 candidatos no agrupados, ninguno logró un puesto en la lista final. De un total de 2498 votos válidos, el candidato independiente que más obtuvo fueron 310; el que menos, 163. La mayoría, entre 170 y 250. De los cinco últimos candidatos de la lista agrupada, el que menos puntos obtuvo fueron 1273, casi ocho veces más que el menos votado de los independientes y cuatro veces más que el más votado. ¿Será entonces que los independientes eran candidatos con menos formación y experiencia? No. En la lista de independientes hay de todo: doctores universitarios, historiadores, hosteleros y trabajadores industriales. Gente con más experiencia y gente con menos.  Lo mismo que en la lista agrupada. ¿Para qué sirve hacer unas primarias? Para bien poco. Tal vez para que los más estrategas consigan escalar algunos puestos en el ranking, pero no para que los últimos sean los primeros ni los independientes alcancen el reino de los elegidos. Eso solo se da en las parábolas de los evangelistas y en otros cuentos chinos. Es necesario mejorar el método de selección de los candidatos.

Evaristo Torres Olivas
 

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