Los mejor preparados y los más decentes

Decir tonterías sin fundamento está a la orden del día. Especialmente entre los políticos y los que aspiran a serlo. Sueltan afirmaciones contundentes, sin ninguna prueba.  Repiten frases que han oído, sin molestarse en verificar si son ciertas o no. Hablan por hablar. Veamos algunos ejemplos. Ahora que hay elecciones, los partidos empiezan con sus comeduras de tarro a los ciudadanos. Una de las más repetidas es la de las listas electorales, de  las que se afirma, con toda contundencia,  que están formadas por gente honesta, decente, trabajadora y capaz. No importa que la lista sea de siete o de setenta. Cuando yo no pongo la mano en el fuego ni siquiera por todos los miembros de mi familia, estos parece que se han estudiado la trayectoria de todos los de la lista, los setenta, a los que conocen desde hace tres días y con la mayoría de ellos ni siquiera han intercambiado una sola palabra. Pero pertenecer al mismo partido ya es, por los visto,  una garantía de decencia, honestidad y otras cualidades. Los chorizos y ladrones siempre son de otro partido. Rajoy ponía la mano en el fuego por Bárcenas;  Susana Díaz, por Chaves y Griñán; los de Izquierda Unida de Madrid, por Moral Santín. Pareciera que esta es una práctica de los de la “casta”, pero resulta que en Podemos también recurren a la misma técnica de propaganda en la presentación de sus listas.

La otra afirmación gratuita que se oye hasta la saciedad es que esta es la generación mejor preparada de la historia de España. Hace unos días la repetía un conocido en las redes sociales, en un escrito de media docena de líneas en el que había tres faltas de ortografía. Está tan preparada esta generación que,  según leo en un artículo, “en la facultad de biología de la Universidad Complutense, 76.8 por ciento de estudiantes de cuarto y quinto curso reconocieron no haber leído a Charles Darwin”. Y añade el autor que según su experiencia “los futuros graduados en ciencias políticas y sociología no conocen a Mills, Sorokin, Adorno, Aron, Marcuse o Popper, ni pensar en la lectura de los clásicos, a lo más resúmenes de Marx, Weber o Durkheim”.

Si quieren comprobar la preparación de esta generación, vayan a cualquier acto cultural de Teruel, ya sea la presentación de la revista Turia, de un libro en la librería Senda, una conferencia de Eloy Fernández Clemente o la inauguración de una exposición en el Museo Provincial. Cuenten el número de jóvenes, de miembros y “miembras” de esa generación tan cualificada y compárenlo con los que se encuentran en cualquier garito de moda a las tres de la mañana o en un festejo de recortadores en cualquier plaza de nuestra provincia. Y comparen el nivel de conocimiento que tienen sobre la política y la economía españolas con el de la clasificación de la Champions, las alineaciones del Barcelona y del Madrid y si es mejor Messi o Cristiano Ronaldo.

Evaristo Torres Olivas

Miembro de la generación mejor preparada, ensayando una versión moderna de las técnicas de vuelo de Dédalo e Ícaro