“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 17 de marzo de 2015

Ralea, estofa, pelaje y calaña

A todos los políticos que nos han “malgobernado” les fastidia que se les llame casta. A mí, sin embargo,  me parece una denominación suave y edulcorada para lo que se merecen algunos. Peor sería que los llamasen gente de baja estofa, de mala calaña, truhanes de todo pelaje o de la peor ralea. Los integrantes de la casta se quieren poner tan exquisitos que parece que se la cogen con papel de fumar. Pura hipocresía, porque ellos a la hora de sacudir estopa no se quedan atrás. En todos los partidos. Esperanza Aguirre, lo mismo dice que Podemos apoya a ETA que llama hijoputa a uno de los suyos, a un tal Gallardón, el de triste recuerdo, al que algunos catalogaban como  miembro de la derecha civilizada. Adolfo Barrena, de la “izquierda alternativa y transformadora”, que no quería soltar el coche oficial de ninguna manera, hace unos meses llamaba ratas, trileros, arribistas y ganapanes a exmilitantes de su partido como  Violeta Barba, mientras que se deshacía en elogios hacia Willy Meyer, compañero del alma, compañero, que no se enteraba que tenía un magnífico plan de pensiones en una sicav. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Amparo Rubiales, miembro del PC hasta el 82, que posteriormente se pasó al PSOE y fue senadora, diputada en el parlamento andaluz, diputada en Madrid, presidenta del PSOE de Andalucía, y mil cargos más (más o menos como Guillén en Teruel), ahora no duda en  llamar desechos a los miembros del PSOE que se han pasado a Podemos. Resumiendo: si te pasas del PC  al PSOE, como doña Amparo,  eres una persona respetable; si de IU a Podemos, rata, ganapán y trilero; si del PSOE a Podemos, desecho; si eres una mujer lideresa del PP y uno de tu partido es igual de ambicioso que tú,  se trata, sin lugar a dudas,  de un hijoputa.

Comparado con el vocabulario de esta gente, la palabra casta resulta tan infantil e inocente  como decir mecachis, cáspita, ostras y jolines.
Evaristo Torres Olivas
 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos del PPSOE ya los conocemos y no nos pueden engañar. Son los menos indicados para criticar a nadie. Ellos son los que, desde la famosa (y ya no tan estupenda) Transición, han mangoneado este pais a su antojo y siempre al servicio de sus dueños como lacayos que son.

ARB

Anónimo dijo...

Como nos cueste "conocer" a quienes vengan detrás los mismos años... .

Eso, claro, sin contar los millones de personas que no parece que vayan a "conocer" al PPsoe próximamente.