“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 13 de marzo de 2015

¿Quién se equivoca?

Me gusta mucho el escritor Javier Marías. Lo sigo desde hace muchos años. Con un libro suyo traducido al alemán aprendí algo de ese endiablado idioma. Leo cada domingo sus artículos en la última página  del suplemento de El País. También lo leía hace quince años en El Semanal, antes de que lo echaran por meterse con la santa iglesia apostólica y romana.  También sigo a otros muchos articulistas y columnistas, algunos con  los que no comparto ninguna de sus opiniones, pero que escriben muy bien. Con Javier Marías, al igual que con David Torres, casi siempre estoy de acuerdo, además de quedarme maravillado ante su dominio de nuestro idioma.

En su último artículo, del día 3 de marzo, titulado Tiene dinero, es intolerable, don  Javier  hace afirmaciones que me han hecho reflexionar. Dice, por ejemplo, que no está de acuerdo con que “de pronto se alce un clamor contra cualquiera, más o menos adinerado, aunque haya hecho su fortuna sin explotar ni engañar ni sisar ni defraudar a nadie, honradamente y gracias a su talento o a sus suerte o a su mucho esfuerzo, tanto da. Seguimos siendo un país analfabeto e histérico, si todavía hay que explicar semejantes obviedades”. No seré yo quien desprecie el talento y el esfuerzo. Tampoco la honradez. Ni la suerte. El problema está en qué entendemos por talento, qué por esfuerzo y qué por honradez. Empecemos por el talento: hace falta mucho talento para educar a un hijo o para ser un investigador de primera; también para ser un bróker de bolsa. Sin embargo, sacar adelante a una familia o investigar sobre una enfermedad rara, no consigue generalmente acumular una gran fortuna. Un bróker, utilizando las reglas del mercado, sí puede forrarse. Vayamos con el esfuerzo: ¿se esfuerzan más un futbolista y un tenista de primera  que un minero, un camionero o que el campeón del mundo de escalar montañas heladas? En cuanto a la honradez, ¿es honrado ganar miles de millones llenando el mundo de tiendas de Zara o de McDonald´s o vendiendo miles de millones de botellas y latas de  Coca Cola? Si lo hacen respetando las reglas del mercado, sin engañar a nadie, si explotar a nadie y sin obligar a nadie, todo apunta a que sí. ¿Y por qué será que a mí no me lo parece? ¿Estoy yo equivocado?, ¿lo está Marías?, ¿lo están las reglas del mercado?
Evaristo Torres Olivas

No hay comentarios: