“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 7 de noviembre de 2014

El ventilador y la mierda

Luis Garicano es un conocido economista español, profesor en la famosa London School of Economics. Ayer publicó  un artículo en el influyente periódico británico Finantial Times. En su artículo hace un repaso a la actual situación de España, habla del referéndum catalán, de la corrupción, de Rajoy, de Soraya Sáenz de Santamaría y de Podemos. A mi entender, su artículo es simplista, carente de todo rigor e impropio de un catedrático de prestigio. Como muestra de lo que digo, sirva este extracto de su artículo en el que opina sobre Podemos: “Tristemente para el país, Podemos no es un grupo reformista ni un colectivo desorganizado, festivo y progresista a imagen de Movimiento Cinco Estrellas de Italia, sino un partido revolucionario, férreamente liderado por un grupo compacto de duros, inteligentes, y pragmáticos intelectuales en la mejor (o peor) tradición leninista, endurecidos con su trabajo como consejeros de Hugo Chávez, Evo Morales y otros socialistas latinoamericanos”.  Se queda tan fresco con estas simplezas. Desgraciadamente ese es el mensaje que estamos escuchando desde que Podemos ha empezado a tener peso en la política española. Y de aquí en adelante ese será el mensaje que los partidos de la casta y sus voceros (entre los que se encuentra Garicano) nos repetirán a modo de mantra. Populistas, revolucionarios, Chávez, Lenin, comunismo, rojos, dos filas de dientes, que se comen a los niños y asustan a los abuelos. Es triste que un intelectual como Garicano se preste a un juego tan simplista, falto de rigor y propagandístico. Para equilibrar un poco la balanza, yo voy a utilizar su mismo estilo y maneras para describirle a él: Tristemente, Luis Garicano no es un economista irrelevante, festivo y cantamañanas, sino un reconocido profesor que ha bebido de la mejor(o peor) tradición neoliberal, la de la Escuela de Chicago, la del tristemente famoso Milton Friedman, que asesoró a muchos gobiernos y regímenes tan democráticos como el de Pinochet en Chile, entre otros. Es el conocido estilo del ventilador y la mierda.

Evaristo Torres Olivas
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero, esto, le importa a alguien?
jurjurjurjurjur......