En cuanto a la personalidad del corrupto, Fernández Ríos
dice que es una persona “mediocre pero con expectativas elevadas, que le gusta
que le respeten por el control que puede ejercer y con un liderazgo en la vida
pública proyectado hacia su ego personal
y siempre rodeado de una camarilla que le apoya”. Es decir, se trata de una
personalidad narcisista y antisocial: personas encantadas de haberse conocido,
sin ética, frías, manipuladoras y sin remordimiento por la consecuencia de sus
actos.
¿Y cómo se sale de la corrupción? Hay dos caminos, uno corto
y otro largo. El corto, según el catedrático Manuel Villoria , empieza con “leyes
como la de la transparencia, reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal, para
proteger a quienes denuncian la corrupción, sistemas más transparentes y
controlados de los partidos políticos, garantizar la independencia del poder
judicial, despolitizar los tribunales, etc.”. El camino largo necesita más de
una generación y se produce en la escuela. Según la psicóloga Helena Rodríguez,
"se pueden trabajar las habilidades sociales y de empatía con los niños
desde pequeños para fomentar una serie de valores morales y que no lleguen a
cometer actos ilegales". Claro que si
a los niños en la escuela les enseñan que robar es malo y tienen unos
padres que se llaman Jordi Pujol, Marta Ferrusola, Francisco Granados, Luis
Bárcenas o Moral Santín, habremos hecho un pan como unas hostias.
Evaristo Torres Olivas
2 comentarios:
"Es decir, se trata de una personalidad narcisista y antisocial: personas encantadas de haberse conocido, sin ética, frías, manipuladoras y sin remordimiento por la consecuencia de sus actos"
Digamos que personalidad sicopatica.
Te has fijado que tu censurión en todo lo que publica pone una foto en la que casi siempre sale el?
El único modo de controlar la corrupción es que no haya aforados, que la justicia sea libre e independiente y que respete la igualdad. Siempre que hay dinero por medio, en esta sociedad, hay corrupción. Pero el dinero es de todos y todos pagamos a las personas corruptas, luego somos corruptores o corruptivos, sin saberlo.
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