El pasado día 7 de junio, escribe don Vicente Guillén una tribuna en este diario con el título de Tras la abdicación del Rey. Lo hace como secretario general del PSOE en Teruel y como diputado en el Congreso. Para justificar que él votará afirmativamente la ley orgánica de la abdicación del rey Juan Carlos que permitirá que de forma automática le suceda su hijo Felipe, don Vicente recurre a todo tipo de argucias para tranquilizar su conciencia. Hace poco más de un mes, el 1º de mayo, en los Pozos de Caudé, don Vicente, junto a Velasco, Mayte Pérez, Arrufat y otros muchos socialistas del PSOE de Teruel, cantaban La Internacional y gritaban vivas a la República. Lo sé porque yo estaba allí y leí el manifiesto escrito por José María Martínez. Proclamarse republicano y votar a la monarquía no tiene mucha lógica. Como no la tiene confesarse vegetariano y atiborrarse de cochinillo.
Emplea don Vicente
un recurso muy censurable: hacer hablar a los muertos. Esgrime las palabras de
Carrillo o de Gómez Llorente de hace más de treinta y cinco años para
justificar comportamientos de hoy. Y todavía peor, utiliza los nombres y la
memoria de sus paisanos fundadores del PSOE en Cedrillas, para hacerles decir
que le comprenden. ¡Ay, si los muertos hablaran!
Utiliza el señor
Guillén un tono despectivo hacia aquellos que piden un referéndum sobre
monarquía o república. Herederos del Partido Comunista los llama. También los
acusa de “hacer política pequeña para arañar votos al PSOE, buscando que se
produzca un sorpasso en la izquierda”. Olvida don Vicente, o tal vez ignore,
que la república no es una propuesta de comunistas únicamente; ni de frikis y
bolivarianos; ni siquiera es exclusiva
de las izquierdas. También ignora, o lo
que es peor, oculta, que dentro de su partido,
Izquierda Socialista, la misma que fundó Gómez Llorente, en la Conferencia Política del PSOE de hace
ocho meses, fijaba su posición en un documento que titulaba Hacia la III República, en el que, entre
otras cosas, decía: “Apoyar la
convocatoria de un referéndum para decidir entre monarquía y república. La
plena ciudadanía española exige aplicar el derecho a decidir la forma de Estado
bajo el que queremos vivir. El déficit democrático que se arrastra desde los
años setenta en los que no se convocó ese necesario referéndum ha de ser
superado en la actualidad”.
Finalmente, me gustaría destacar que Vicente Guillén ha
escrito su tribuna cuando Rubalcaba ya se había pronunciado y también Lambán.
El escalafón es el escalafón. ¡Qué casualidad, todos dicen lo mismo! Será por
lo de quien se mueve, no sale en la foto. Esto me recuerda las palabras de
Ignacio Urquizu, un amigo de Vicente Guillén, que escribía hace unos días en El
País que los ciudadanos desean que “quienes les representan no confundan sus
intereses particulares o de su partido con los intereses del país”. ¿Será ese
el caso del diputado Guillén?
Evaristo Torres OlivasSocio del Ateneo Republicano de Teruel
3 comentarios:
No tienen vergüenza.
Ni la conocen, ni la han conocido!
Ni la conocerán.
Guillén, y otros muchos políticos, conocidos o no, son capaces de argumentar que la madre de Bambi murió debido a un ataque de cleptomanía al apropiarse de la bala del cazador usando su cuerpo, con tal de seguir en la pomada.
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