“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 12 de mayo de 2014

La tía Margarita y el tío Alfredo

Hace unos días asistí a la presentación en Teruel de un nuevo partido que participa en  próximas elecciones europeas. Intervinieron cinco personas. Público asistente: medio centenar de ciudadanos. Lo habitual en Teruel, o tal vez un poco más de lo habitual cuando se trata de partidos que no son ni el PP, ni el PSOE, ni el PAR (los que tienen viruta y autobuses para movilizar a su gente). De los cinco que hablaron, uno lo hizo muy bien, dos aceptablemente, uno tirando a regular y uno que nos dio la brasa mucho y mal. De este último quiero hablar.
  El chico quiso ser original y en lugar de hablar sentado frente a la mesa, como es habitual, lo hizo de pie, pegado al público y haciendo participar a la gente con un juego de preguntas y respuestas. Se agradece el intento, pero para hacer esas cosas se  necesita mucho dominio del escenario, buena preparación y experiencia: es decir todo aquello de lo que carecía el buen señor. Como suele ocurrir en estos casos, el público, por vergüenza, por respeto o por las dos cosas, no se levanta y se va, sino que aguanta e incluso cuando termina, regalan al osado unos tímidos aplausos, aunque solo sea por el alivio que supone no escucharle más.
  Pero lo peor vino cuando el tío hubo terminado su sermón y se colocó de nuevo en la mesa para que intervinieran otros ponentes. Durante todo el tiempo, hasta el final del acto, estuvo ausente, ajeno a lo que decían sus  compañeros de mesa y al público que con tanto respeto le había escuchado a él: estuvo guasapeando como un descosido. Sus manos y sus  dedos se movían a mayor velocidad que los de un trilero de la Gran Vía de Madrid o de las Ramblas de Barcelona. Hacía muecas, sonreía, se reía, disfrutaba como Belén Esteban en una piscina de telemierda. Estaba en otro mundo, en su mundo. Seguramente, como va en las listas para las europeas, se estaba entrenando para las largas sesiones en el Parlamento Europeo, caso de salir elegido.
  Desgraciadamente, como él hay mucha gente que en reuniones, cenas, tertulias, en lugar de disfrutar de la conversación cara a cara, se dedica a enviar mensajes con el puto móvil. Yo no lo aguanto: cuando alguien hace eso delante de mí, me levanto y me voy y lo dejo plantado, además de mandarlo a la mierda. Ah, y al pollo ese del nuevo partido, lo va a votar su tía Margarita, o su primo Alfredo, si es que los tiene.

Evaristo Torres Olivas
 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡"PODEMOS" GUASAPEAR CUANDO NOS DE LA GANA!!!, para eso somos los más chulos, los más guapos y los más indi (indi de indignados).

Anónimo dijo...

En cuatro días lo tienes en cualquier falange del PSOE.

Anónimo dijo...

Perdón me se olvidó (soy el del antes): ya no se llaman PSOE, ahora se llaman socialistas. Se velo del PSOE se asocia a los desastres de Zapatero y se vende peor que fatal. Cuestión de marquetin, a la ideas que les den.

Anónimo dijo...

Perdón me se olvidó (soy el del antes): ya no se llaman PSOE, ahora se llaman socialistas. Se velo del PSOE se asocia a los desastres de Zapatero y se vende peor que fatal. Cuestión de marquetin, a la ideas que les den.