“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 24 de abril de 2014

Filósofos, sofistas y soplagaitas

Para Platón y Aristóteles, los filósofos eran quienes buscaban la verdad y los sofistas quienes afirmaban poseerla, ocultando su ignorancia con la retórica para tratar de convencer de algo infundado o falso.  Debajo de los sofistas—y no lo dicen ni Platón ni Aristóteles, sino quien firma esta columna—están los soplagaitas. Los soplagaitas ni buscan la verdad ni recurren a tretas para darnos gato por liebre: sueltan sus chorradas directamente, al buen tuntún.
  De todo esto tendría que saber mucho don José Ramón Morro, coordinador de la campaña de las elecciones europeas del PSOE de Teruel. No por ser concejal y coordinador, sino por haber estudiado la carrera de Filosofía, ser inspector de Educación y profesor del grado de Pedagogía en la UNED de Teruel. Pero no es así. Tal vez haya sido el espíritu de la Semana Santa que durante estas fechas se incrusta en nuestros cerebros a golpe de bombo, ese espíritu que nos recuerda que solo hay una única religión verdadera, la católica, por supuesto; que solo hay una verdad, la que dicta el dogma; que solo hay un dios único verdadero, pero que a la vez es trino (esto de ser más de una cosa a la vez se entiende con un ejemplo de animales, el gato, que es uno y dos a la vez:  gato y araña). No sirve el ejemplo del PSOE, pues a pesar de que su dogma proclama que es socialista, obrero y español, lo único comprobado es que se trata de un partido español.  
  Sea por lo que fuere, a  don José Ramón se le ha olvidado todo lo que estudió en la carrera de Filosofía. Según recoge un artículo publicado en el Diario de Teruel del 15 de abril, el señor Morro afirmó que “la única alternativa real que hay para cambiar las actuales políticas europeas pasa por votar al partido socialista europeo”. Ni búsqueda de la verdad de los filósofos ni leches; tampoco recurre a los juegos retóricos para ocultar su ignorancia, propios de los sofistas. Podemos, por consiguiente, afirmar que don José Ramón Morro no es ni filósofo ni sofista.

Evaristo Torres Olivas
Un soplagaitas

3 comentarios:

Trallero dijo...

Las políticas reales de los socialistas europeos son las que va aplicar Manuel Valls, Primer Ministro francés, en Francia: un recorte de 50.000 millones de euros..., para empezar.

Anónimo dijo...

Si te lo encuentras, pregúntale dónde está el Museo Nacional de Etnografía que prometió el PSOE para Teruel.
O, si no, pregúntale a Vicente Guillén.
A ver qué dicen.

Anónimo dijo...

Bueno, las políticas reales de los mal llamados socialistas europeos e ibéricos... son siempre las mismas.

El grado de agresión, pérdida de derechos, salario, prestaciones, etc... dependerá de la coyuntura, pero ya llevan décadas haciendo lo mismo.

Está claro que la mera diferenciación nominal entre PP y Psoe es más que suficiente para que la gente los siga percibiendo y votando como algo diferente.
Uno de los ejemplos más rotundos fue que, tras el desastre en recortes sociales, regalo de dinero a la banca, etc... para la mayoría de la población que supuso el Psoe de ZP, la gente vota para cambiarlo... ¡¡¿Al PP?!! ¿Pero en qué planeta vivimos? ¿No es el mismo?


Elegir con el voto a aquellas personas que, ingenua y supuestamente, van a tomar las decisiones en nombre de una población de más de 46 millones de personas, es una forma de "democracia" tremendamente pobre. Por usar la palabra "democracia".

Si no te dejan enterarte de lo que ocurre, no quieres enterarte de lo que sucede, tienes algo de miedo al cambio y, además, tampoco has tenido la oportunidad real de contrastar las principales ideas que te han "llegado"... ¿entonces en qué queda el ya de por sí miserable recurso del voto?

Cualquier pequeño grupo de grandes inversores tiene más poder sobre la soberanía y las leyes estatales que el conjunto de la población a través de su voto.

En estos últimos años casi nos lo han dicho por la TV con estas mismas palabras. Lo han mostrado claramente, para que lo entienda hasta el perro de mi vecino.
Y lo han hecho convencidos del resultado que iban a obtener: aceptación y resignación no total, pero sí muy mayoritaria.