“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 25 de marzo de 2014

Un cerdo a la izquierda

Si una noche de invierno un viajero es el título de una novela de Italo Calvino. La utilizo para empezar esta columna. Imaginemos que una noche de invierno un viajero llega a Teruel, se dirige  a su hotel y antes de acostarse le echa una ojeada al Diario de Teruel. Quiere hacerse una idea de cómo es la ciudad que visita por primera vez. Tiene en sus manos un ejemplar del domingo, 23 de marzo.   Lo abre por la página siete y lee en letras gordas la siguiente frase: “Teruel ha dignificado el cerdo blanco”.  La pronuncia un tal Pedro Oliva, el televisivo Pedro Oliva,  reza el subtítulo. Acompaña al texto una foto del televisivo con el siguiente pie: Pedro Oliva, presentador. El viajero se hará algunas preguntas: ¿Había el cerdo blanco perdido la dignidad para que Teruel lo haya tenido que dignificar? ¿Tienen dignidad los cerdos? ¿Es un presentador televisivo el más indicado para hablar de la dignificación del cerdo blanco?
  A continuación, el viajero abre el periódico por la página trece, la de opinión,  y lee el escrito del columnista estrella del Diario, Hugo Miquele. El viajero ignora  que el señor Miquele no es periodista y que su único mérito es haber sido nombrado a dedo por el PAR para ideologizar a los lectores de un Diario pagado con dinero público. Lo único que percibe el viajero es que el columnista escribe mal, muy mal, de una forma inadmisible en un diario de una capital de provincia. No es tolerable, piensa, que el citado columnista escriba que  “se apela a los pactos de La Moncloa como un santo santorum [sic]”, además de muchas otras incorrecciones, faltas de ortografía y de sintaxis. No solamente es reprobable que un mal profesional escriba en un periódico, sino que el director y los jefes de contenidos lo permitan. Piensa también el viajero que si Teruel ha dignificado el cerdo blanco, con más razón habría que dignificar la cultura de una provincia. Una provincia que es un referente—palabra muy de moda—en paleontología; una ciudad, Teruel, que además de ciudad del amor y del arte mudéjar, pretende ser un miembro del proyecto Places, para potenciar la cultura científica. Concluye el viajero que la mejor forma de potenciar la gastronomía y la cultura de una provincia no es dejar que las representen el televisivo Oliva ni el ágrafo Miquele.  Y es que hay mucho cerdo a la izquierda al que le gusta estar en el candelabro.

Evaristo Torres Olivas

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