“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 13 de diciembre de 2013

Confusión

En las organizaciones mafiosas, los malos son malos de cojones. Roban, tienen contabilidades B,  crean falsas pruebas o destruyen las verdaderas. Pero por eso se dice que están fuera de la ley. En las dictaduras, los dictadores también roban, llevan contabilidades B,  crean falsas pruebas o destruyen las verdaderas. Pero por eso se dice que las dictaduras no constituyen un Estado de derecho. Las democracias, bajo el imperio de la ley, persiguen a los mafiosos y a los dictadores para que no se robe, no se lleven contabilidades B, no se creen falsas pruebas y no se destruyan las verdaderas. En una democracia, dos pilares fundamentales son los partidos políticos y los sindicatos. Los partidos defienden y canalizan la pluralidad de intereses, valores y principios existentes en la sociedad. Los sindicatos velan por los intereses de los trabajadores frente al empleador. Pero ¿qué pasa cuando una democracia no funciona correctamente, cuando el imperio de la ley se los pasan los “demócratas” por la entrepierna? Sucede que los partidos roban, tienen contabilidades B, crean falsas pruebas o destruyen las verdaderas. ¿Y los sindicatos?  Roban, tienen contabilidades B, crean falsas pruebas o destruyen las verdaderas. Es decir, que la democracia se deteriora tanto que  los partidos y los sindicatos se comportan igual que las organizaciones mafiosas y las dictaduras. No sé a ustedes, pero a mí que  tanto en el PP como en la UGT se borren, supuestamente,  los discos duros de los ordenadores para destruir pruebas, o que se insinúe la existencia de contabilidades B, no son meras coincidencias, sino la prueba de que cuando el Estado de derecho se deteriora, las organizaciones tienden a igualarse tanto que partido, sindicato y mafia se confunden. El imperio de la ley se convierte en ley de la selva o en la ciudad sin ley. Y en ausencia de ley, los malos son malos de cojones. Roban, tienen contabilidades B, crean falsas pruebas o destruyen las verdaderas. 

 Evaristo Torres Olivas

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