“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 10 de septiembre de 2013

Sobre el Diario de Teruel

En la anterior columna, los lectores han hecho comentarios  sobre el Diario de Teruel que, en general, comparto. En el Diario hay buenos periodistas: Miguel Ángel Artigas, Millán y otros. Y también los hay malos, muy malos. La calidad del periódico, a pesar del lavado de cara, no ha mejorado: era mala cuando mandaban los socialistas obreros y es mala ahora en la hégira pepera. La causa de esta baja calidad del producto no es solo de los malos periodistas; hay otras. La principal: la incompetencia de los presidentes de la Diputación que son también presidentes del periódico. Los tres que he conocido desde que estoy en Teruel, Gracia, Arrufat y Pobo, son personas sin conocimientos ni experiencia  en el sector de la comunicación (y alguno ni en el sector de la comunicación ni en ningún otro) cuya misión consiste en actuar de censor o de comisario político para que el Diario sea un órgano de propaganda del partido o de la coalición. Cuando el censor Arrufat me echó del periódico, pude comprobar en directo y sin intermediarios, el nivel, Maribel, y la preparación intelectual del sujeto.
Y son estos presidentes incompetentes quienes designan a los directores, subdirectores, jefes de sección, etc. De nuevo, el criterio no es la aptitud profesional—un ciego no puede dar lecciones a un tuerto—sino la adhesión a las consignas de la causa. Así han aterrizado en el Diario los Miquele, los López Juderías y otros PARtidarios del Biel.  
Con este panorama,  los malos periodistas no se esforzarán en mejorar y los buenos, cuando les ponen de jefe a un inútil, se desmotivan al constatar que el esfuerzo, el rigor, la excelencia, no son los criterios que orientan la progresión profesional y los ascensos sino que solamente cuentan el saberse el cara al sol del partido, cuadrarse al paso de Biel, de Pobo o de Marcelino cuando mandaba, y desfilar al son del chunda chunda de la secta.
Y es una pena porque un diario de una ciudad pequeña española tal vez no ganaría un Pulitzer—entre otros motivos porque esos premios solamente los dan a los periódicos estadounidenses y en habla inglesa—, pero sí podría ser un ejemplo de buen periodismo, pausado, bien escrito al no estar sometido a la presión de la actualidad, cercano al lector, plural.

Evaristo Torres Olivas

Una cosa es equivocarse de vez en cuando y otra,  muchas veces todos los días

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esos titulares, ¿son del DDT?

Eto dijo...

No, están sacados de Internet y no sé a qué publicaciones corresponden.