Evaristo Torres Olivas
jueves, 11 de julio de 2013
La productividad del Jiloca
Si ayer hablaba sobre cómo el alcalde de Teruel acababa con
las desigualdades vistiendo a todo dios de vaquillero, hoy hablaré de cómo el
Diario de Teruel ha resuelto el problema del hambre y ha convertido el valle
del Jiloca en la despensa del mundo. Ahora que tanto se habla de eficiencia y
de aumentar la productividad en España, el Jiloca es un claro ejemplo, un
paradigma, un modelo o un referente como les gusta decir a Blasco y Pobo. El martes, en la página 23, titulaba así una
información a toda página: “Arranca la
cosecha de cereal en el valle del Jiloca con producciones muy altas”.
Noticia que nos llena de satisfacción a los que vivimos en estas tierras. Pero
la satisfacción aumenta hasta el orgasmo cuando leemos el subtítulo de la
noticia: “Los agricultores están
recogiendo de 3.000 a 4.000 toneladas por hectárea”. Hagamos un sencillo
cálculo: dividamos la media, 3 500 toneladas por los 10 000 metros cuadrados de
una hectárea y obtendremos un rendimiento de 350 kilos por metro cuadrado. Imaginen
los panes que se pueden hacer con la harina del trigo de un solo metro cuadrado. Con esa producción, el pan sería tan barato
que por un céntimo nos darían cien panes. Y como los piensos costarían una
cantidad irrisoria, el precio de la carne sería insignificante. Con lo que no haría
falta trabajar para comer y nos importaría un huevo que la Merkel y los
mercados nos putearan: solucionado el asunto de la manduca, el resto ya no es
tan urgente. Desde el Jiloca podríamos solucionar las hambrunas de África,
haciendo que esos niños ahora esqueléticos y llenos de moscas crecieran y se
convirtieran en hermosos jóvenes rebosantes de salud y de futuro. Al periodista
que ha puesto el título a esa noticia habría que tirarle de las orejas y enviarle
a un curso de aritmética elemental para que le enseñaran el sistema métrico, las
áreas y hectáreas, los gramos, los
kilos, y las toneladas; y también un
poco de lógica y sentido común. Si solamente fuera ese error, no tendría
demasiada importancia, pero el problema surge cuando en el Diario de Teruel es
raro el día en que no aparecen cuatro o cinco gazapos. En un periódico que
tiene dos directores, un subdirector y un redactor jefe. Unas lumbreras.
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A samugazos
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1 comentario:
Y de esto, ¿no dicen nada?:
http://elventano.blogspot.com.es/2013/07/lacasitos-tabaco-relojes-lenceria-ropa.html
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