Melonadas

Hay días en que uno no sabe de qué escribir. Son tantas las noticias que cuesta elegir una. Algunas ni siquiera son noticias sino gilipolleces como la de que el rey recibe en audiencia a un perro. De eso ya hablé ayer. Otra gilipollez, también de la casa real, es que por tener un carné de identidad con solamente dos cifras, a la hija del que recibe en audiencia a un perro, un montón de notarios y registradores se equivocan y le endiñan que ha vendido un montón de propiedades y se ha embolsado un mogollón de viruta. Según un cálculo hecho por una doctor en matemáticas, José Manuel Rey, y que recoge el periodista Ignacio Escolar en una columna, la probabilidad del error del DNI de la infanta es una entre diez billones de trillones. O sea, que Montoro deberá inventarse otra excusa porque esa no cuela. La tercera gilipollez la protagoniza un diputado del PP de Valencia, el portavoz en las Cortes valencianas, cuando afirma que “el valenciano viene del siglo VI antes de Cristo”.  Esa melonada es la prueba de que la política está llena de gente que pasa directamente del fracaso escolar a los ayuntamientos y los parlamentos. Coincido con el periodista Arturo González cuando afirma que le daría vergüenza ser votante del PP. La cuarta  cagada es obra del director de Relaciones Laborales de la CEOE, José de la Cavada, que ha declarado que  el permiso por defunción es excesivo. A partir de ahora a los trabajadores habrá que exigirles que no se les muera la parentela o que lo haga en fines de semana, vacaciones y otras fiestas de guardar. La quinta chorrada nos viene del Vaticano que ha reconocido un segundo milagro de Juan Pablo II para llevar a cabo su canonización. Que en pleno siglo XXI nos vengan con esas sandeces produce risa o cabreo. Mejor tomárselo a risa, como si fuera una payasada que nos cuenta un amigo o conocido al que le falta un hervor. Como ven, hay días en que abundan tanto las bobadas que no se qué elegir para escribir una columna.

Evaristo Torres Olivas