Al cocinero Sergi Arola le han precintado la bodega de un
restaurante que tiene en Madrid. El motivo: que debe una pasta a Hacienda.
Trescientos mil euros. ¿Y cuál ha sido la reacción del cocinero? Declarar que "así me pagan todos estos años de servicio de representación a mi
país". ¡Hay que joderse! Esta gente famosa, endiosada, se cree que
porque son conocidos se les debe perdonar todo. Lo mismo podrían decir cientos
de miles de españoles y españolas que hicieron la mierda del servicio militar
obligatorio o el servicio social. Se les tendrían que perdonar sus deudas por
los servicios prestados a la patria. Gratis total. Yo nunca he comido en un
restaurante de esos de estrellas Michelin; siempre lo he hecho en garitos
populares o de medio pelo, en alguna ocasión especial. Es más, creo que un
restaurante en el que sirven raciones
homeopáticas a precios de escándalo, a gente a la que le sobra la pasta, son
totalmente prescindibles. El señor Arola, que además de ese restaurante tiene
otro en Madrid y es jefe de cocina de un hotel en París. Y asesora restaurantes en Barcelona, Santiago de Chile, París, Sao Paulo, Bombay y Lisboa, y también los espacios de coctelería Vi-Cool de Madrid y Hong-Kong. No se entiende muy bien que teniendo tantos
trabajos, no le llegue para pagar las deudas con Hacienda. Por lo visto, lo que
quiere es tener muchos restaurantes, ganar mucho dinero, salir en las
televisiones y que los españoles le estemos agradecidos por los grandes
servicios que ha prestado a la patria, a la marca España que se dice ahora. “Tanto luchar, para nada” ha añadido el cocinero. Ya ven, viaja por el mundo y cobra por
asesorar a un montón de restaurantes y su diagnóstico es que ha sido luchar
para nada. Tal vez si el señor Arola, en lugar de querer abarcar tanto, se
dedicara a cocinar en un restaurante con
precios asequibles, no habría llegado a tener tantas deudas. Lo que no se puede
pretender es que si las cosas te salen bien, no repartir con nadie y si te van mal,
que el conjunto de los españoles financien tus meteduras de pata. Dicen que la
gastronomía es cultura. Puede ser, pero
la cultura que cocina Sergi Arola solamente la disfrutan cuatro. Que le ayuden
esos cuatro a pagar las deudas.
Evaristo Torres Olivas
Alta cocina a altos precios y cantidades ridículas
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