“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 27 de junio de 2013

Cultura para cuatro

Al cocinero Sergi Arola le han precintado la bodega de un restaurante que tiene en Madrid. El motivo: que debe una pasta a Hacienda. Trescientos mil euros. ¿Y cuál ha sido la reacción del cocinero?  Declarar que "así me pagan todos estos años de servicio de representación a mi país". ¡Hay que joderse! Esta gente famosa, endiosada, se cree que porque son conocidos se les debe perdonar todo. Lo mismo podrían decir cientos de miles de españoles y españolas que hicieron la mierda del servicio militar obligatorio o el servicio social. Se les tendrían que perdonar sus deudas por los servicios prestados a la patria. Gratis total. Yo nunca he comido en un restaurante de esos de estrellas Michelin; siempre lo he hecho en garitos populares o de medio pelo, en alguna ocasión especial. Es más, creo que un restaurante en el que  sirven raciones homeopáticas a precios de escándalo, a gente a la que le sobra la pasta, son totalmente prescindibles. El señor Arola, que además de ese restaurante tiene otro en Madrid y es jefe de cocina de un hotel en París. Y asesora restaurantes en Barcelona, Santiago de Chile, París, Sao Paulo, Bombay y Lisboa, y también los espacios de coctelería Vi-Cool  de Madrid y Hong-Kong. No se entiende muy bien que teniendo tantos trabajos, no le llegue para pagar las deudas con Hacienda. Por lo visto, lo que quiere es tener muchos restaurantes, ganar mucho dinero, salir en las televisiones y que los españoles le estemos agradecidos por los grandes servicios que ha prestado a la patria, a la marca España que se dice ahora.  “Tanto luchar, para nada” ha añadido el cocinero.  Ya ven, viaja por el mundo y cobra por asesorar a un montón de restaurantes y su diagnóstico es que ha sido luchar para nada. Tal vez si el señor Arola, en lugar de querer abarcar tanto, se dedicara a cocinar en un restaurante  con precios asequibles, no habría llegado a tener tantas deudas. Lo que no se puede pretender es que si las cosas te salen bien, no repartir con nadie y si te van mal, que el conjunto de los españoles financien tus meteduras de pata. Dicen que la gastronomía es cultura. Puede ser,  pero la cultura que cocina Sergi Arola solamente la disfrutan cuatro. Que le ayuden esos cuatro a pagar las deudas.

Evaristo Torres Olivas
Alta cocina a altos precios y cantidades ridículas

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