Leo en la prensa que Cospedal ha ido a China y ha firmado un
memorando de colaboración con el Partido Comunista Chino. Son de esas noticias
sorprendentes, similares a las de que
han pillado a un vegetariano comiéndose un jabalí o que al censor Arrufat le
han dado un premio de oratoria. Uno piensa: ¿De qué pueden hablar Cospedal y un
comunista chino? Y se me ocurren varias
respuestas. La primera, que a la Cospe o al chino se les ha ido la olla. La
segunda, que el periodista de Efe que ha escrito la crónica ha confundido a
doña María Dolores con otra persona. La tercera, y la más probable, que el
comunismo chino y el PP español son muy parecidos. Los chinos trabajan muchas
horas por salarios de miseria, y el PP va camino de imponer lo mismo. Quiere “achinarnos”.
Eliminar derechos e instituir el partido único—que es lo que tienen los chinos—es lo que le gustaría al PP que hubiera en España.
Están poniendo todas sus energías para lograrlo. La República Popular China y
el Partido Popular español se colocan la etiqueta de popular pero al pueblo se
lo pasan por el forro. Me han llamado la atención las palabras pronunciadas por
la número dos del PP: “Por lo tanto, además de en la ideología, y absolutamente
contando con el respeto necesario a los Derechos Humanos, el Partido Popular
está muy interesado en las relaciones comerciales, y también en abordar los
problemas que nos presentan el futuro y la globalización, con un país tan importante
como es China". ¿Qué querrá decir con lo de “además de en la ideología”? Duele que María Dolores de Cospedal García (nacida
María Dolores Cospedal García, según
Wikipedia) sea capaz de llegar a acuerdos con los comunistas chinos, aunque
necesite traductor, y aquí no haya forma
de entenderse con nadie, hablando el mismo idioma. Los populares, y doña María Dolores a la
cabeza, son expertos en el insulto y la descalificación. Espero que no se enteren los chinos de lo que
dijo nuestro diputado pepero y turolense, Lanzuela , tras la concentración de cuatro gatos frente a su
casa de Cella: “Estos métodos de coacciones y acoso los empleaban nazis y
comunistas en el siglo pasado”. Si se
enteran, son capaces de rescindir el acuerdo con Cospedal. Sería una pena.
Evaristo Torres
Olivas
¿A cuánto pagáis la hora de un oficial de primera en China? Nosotros la queremos dejar en la mitad de lo que cobraba por hora un peón hace diez años
2 comentarios:
Creo que si te aplicas a ti el mismo juicio acido que haces y aplicas en tus articulos, una de dos o eres Dios y no te afectaría nada o eres o terminarías destruido. Aprecio en tu forma una tendencia a la autodestrucción aunque lo mas probable es que me equivoque. No me fio de mis juicios. Tu de los tuyos absolutamente ¿o no,? tal vez no, tal vez sea solo apariencia o en parte apariencia. Lo malo, o lo bueno, lo que delata el buen artículo, el buen dibujo o el buen poema, no es el Qué se dice sino el Como se dice. La forma, la manera de decirlo. Es mas al criticar yo elijo fijarme en el como mas que en el porque, en el que, o en el para que y me parece que en tu forma se evidencia rencor, pero como ya te digo no me fío de mis juicios, esto tal vez lo sea, así que probablemente me equivoque. No crítico el contenido de tu artículo, critico la forma. Un saludo.
Para mi me parece bastante imposible el que un partido político logre ser comunista o socialista, al menos, rigurosamente.
El partido "comunista" chino es un ejemplo extremo de esto.
Al final, para los partidos y/o gobernantes en el poder las siglas y las supuestas ideas que llevan aparejadas son lo de menos, lo importante es poseer el poder y "disfrutarlo"... aunque ello acarree que sus semejantes mueran por su casua o lleven vidas miserables.
En cuanto a lo de "popular"... . Hombre, en algún sentido populares sí son ambos partidos porque cuentan con el pueblo, y mucho, para que trabaje por ellos y puedan vivir en el lujo a su costa.
Invierten mucho tiempo y recursos en que esto siga siendo así... los recursos económicos también los pone el pueblo, pero los controlan ellos, y eso facilita mucho la explotación de unas personas a manos de otras.
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