Evaristo Torres Olivas
lunes, 11 de marzo de 2013
Presidente Chávez
Ha muerto Chávez y han llovido las tonterías por todos
lados, a derecha e izquierda, a diestro y siniestro, a troche y moche. Por
parte de la derecha no han faltado las mismas críticas de siempre, sin piedad,
a lo bestia: que si dictador, payaso, caudillo, despilfarrador y mil más. De
lado de la izquierda, todo halagos, ni una sola crítica. A la
derecha, los datos, las estadísticas, no
le importan un carajo. Que se hayan utilizado los dineros del petróleo para
disminuir la pobreza, dar acceso a la sanidad a los que no lo tenían, combatir
el analfabetismo y otros muchos logros, no les parece importante.
Prefieren que los beneficios vayan a parar a los de siempre y que los pobres se
jodan y se pudran. Tampoco parece importarle demasiado que Chávez y los suyos
hayan ganado limpiamente las elecciones, no una sino varias veces seguidas.
Para la derecha, la democracia es buena solamente cuando ganan ellos. Por parte
de la izquierda, también se han cometido errores, en mi opinión. En varias columnas de
estos días, sus autores se han despedido con un hasta siempre, comandante. Por
lo visto, hay que criticar la injerencia de los militares en la política cuando
estos se llaman Franco, Videla, Pinochet, o
Stroessner. Pero no si se llaman Castro o Chávez. A mí, sean de
izquierdas, de derechas o de medio centro, a los militares los quiero alejados
de las riendas del poder civil. Las arengas de Chávez en la televisión y sus
discursos, además de interminables, eran infumables. Un presidente de una país serio no se puede
poner a cantar en la tele, contar chistes y convertirse en telepredicador. Y si
estamos hartos de la manipulación de la Iglesia con sus brazos incorruptos,
santos prepucios y la sangre de san Gennaro o san Pantaleón que se licúa, no
podemos quedarnos callados ante la
momificación o embalsamamiento de un dirigente político. Demasiados errores ha
cometido la izquierda en el pasado, diciendo por una parte que las religiones,
además de ser el opio del pueblo, deben mantenerse en la esfera privada, y al
mismo tiempo rendir culto a los maos y lénines de turno, convirtiéndoles en
dioses y en momias. Ni comandante ni san Hugo. Con presidente Chávez, que es el
que se ganó en las urnas, es más que suficiente.
Etiquetas:
A samugazos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo con todo lo que has expuesto.
Saludos
El ejército lo sacó a la calle para defender al pueblo. De todas formas tienes un tirón deorjas por centrarte en la figura de Chávez, cuando lo realmente importante son los procesos que hay detrás.
Hasta algun@s libertari@s hemos defendido a Chavez y el proceso bolivariano estos días ante la reatila de tertulianos infumables.
http://periodico-solidaridad.blogspot.com.es/2013/03/reflexiones-libertarias-sobre-la-muerte.html
Todo es importante: lo que han hecho los sucesivos Gobiernos presididos por Chávez hay que valorarlo y reconocerlo. Pero eso no quita para que otros aspectos puedan ser criticados. La momificación, el culto a la personalidad, puede que sean cosas accesorias, pero tienen su importancia. Al igual que la presencia de crucifijos en las escuelas o en los ayuntamientos: no es lo prioritario pero sería hora de que desaparecieran. Pues lo mismo con el endiosamiento de los líderes políticos y su embalsamamiento. Y los militares y los curas deben estar fuera de los gobiernos de las naciones.
Publicar un comentario