“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 6 de febrero de 2013

El país de la trampa total (4)

Otro capítulo de la corrupción lo encabeza el expresidente de la CEOE, Díaz Ferrán. Otro salvapatrias que les pedía a los españoles trabajar más y cobrar menos mientras él hundía empresas a la vez que aumentaba su patrimonio personal. Un gran español, sí señor. Y un católico practicante. Como Dios manda. Que ser católico y ladrón no es incompatible. Rouco Varela arremete contra los homosexuales y contra los que se cubren la pilila con un condón pero nunca dice nada ni organiza manifestaciones en Sol o en Colón para pedir a la grey que expulse de la Santa Madre Iglesia a los chorizos, mangantes y ladrones que, disfrazados de  empresarios y cristianos, se dedican a esquilmar y saquear a manos llenas. Fíjense en la catadura del personaje que cuando le han pedido explicaciones, le ha endiñado todo el marrón a su socio, Gonzalo Pascual, fallecido en julio del año pasado, por aquello, supongo, de que los muertos no hablan. Un ejemplo de que don Gerardo Díaz Ferrán es un caballero que ha hecho suyos los valores cristianos que le inculcaron en la infancia. ¿Y de qué se le acusa a este gran empresario, buen español y mejor persona? De no mucho: estafa, blanqueo de dinero y alzamiento de bienes. Minucias. Un simple desliz. Con entonar un lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir, todo habría sido perdonado. Es la ventaja de pertenecer a nuestra religión católica, apostólica y romana, en la que el arrepentimiento y el propósito de enmienda son suficientes para que Jesús misericordioso nos perdone. Estoy seguro de que don Gerardo, un hombre temeroso de Dios, que no de estafar a sus hermanos los españoles (presuntamente),  en su humilde celda de la prisión de Soto del Real, tendrá tiempo para recapacitar y retomar la senda del bien que nunca debiera haber abandonado. Que venda las casas que tiene, incluido el apartamento en Nueva York; también  el yate; que afloren los monises que dicen que tiene en tierras de Guillermo Tell y otros paraísos ;que pague a los trabajadores que ha dejado en la puta calle; que pague a los acreedores; y que pida perdón a todos los que les ha jodido la vida. Y sobre todo que trabaje más y mejor y que cobre menos. Para que España salga adelante.

Evaristo Torres Olivas
¿Espresario, expresidiario, empresario? Pulsen sobre el chorizo para saberlo
 

No hay comentarios: