“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

sábado, 5 de enero de 2013

Carta a los Reyes Magos

Queridos reyes: Este año no voy a pedir nada para mí porque la cosa está muy negra. Supongo que a vosotros también os afectará la puta crisis de los cojones. Habréis tenido que hacer un ERE y reducir la plantilla de pajes y, al igual que a nosotros el de la gasolina, a vosotros se os habrá puesto por las nubes el precio de la cebada para los camellos. En resumen, que a vuestra empresa de distribución de juguetes también han llegado los recortes. Lo que yo os pido este año no es para mí, como he dicho al principio, sino para mi provincia, Teruel. Quiero que hagáis todo lo posible por regalar a nuestros políticos y a sus palmeros un manual, con su correspondiente CD o pendrive, para que aprendan a no ser tan cenutrios. Empezad por la presidenta de la Diputación, Carmen Pobo, y sus empotrados en el Diario. El 19 de diciembre, en el primer número del Diario de Teruel remozado, doña Carmen afirma que se trata de “un periódico plural, provincial y profesional". Demasiadas pes seguidas.  De las cuatro, solamente dos son ciertas: que es un periódico y que es provincial.  Plural, nada, y profesional, en todo caso lo son algunos de sus trabajadores, pero desde luego no el director de contenidos, Chema López Juderías, ni el columnista estrella, Hugo Miquele, que en lugar de cursar la carrera de periodismo, prefirieron afiliarse al PAR, camino mucho más corto para obtener un empleo sin tener que hincar los codos. Para compensar las pes perdidas, se podrían añadir otras: que es del PP y del PAR. La foto que acompaña al artículo de doña Carmen, majestades, tampoco tiene desperdicio: es la misma que aparece en la web de la Diputación: un posado retocado, en el que la presi luce una capa de maquillaje de medio metro de espesor. Una foto más de revista de colorines para marujas y manolos que de un periódico serio. Por favor, majestades, dadles algún consejo, que estos son capaces de colgar, en la próxima aparición de la señora Pobo, la foto de la comunión o del álbum de boda. Después, majestades, os pido que os ocupéis del alcalde Blasco y de la concejala del PSOE, que no socialista, Mayte Pérez. Son dos ágrafos que se empeñan en darnos la barrila en las páginas del Diario de Teruel. Sus textos consiguen que nos sonrojemos. Sus diatribas tienen el mismo nivel intelectual que una discusión entre Belén Esteban y Cañita Brava. Cháchara insustancial de corrala o de taberna. Si infumable es uno, cansina es la otra. No nos merecemos, majestades, un alcalde tan mediocre ni tampoco que la alternativa sea una señora de tan baja estofa.  Ya no os pido más este año. No hay que abusar de vuestra generosidad. Y menos en estos tiempos. Paz y amor a las personas de buena voluntad. A las de mala, ni carbón.

Evaristo Torres Olivas

 
 

2 comentarios:

Teruelandia dijo...

Que se cumplan tus deseos, Evaristo.

Me he permitido citar un fragmento de una entrada que le dedicaste a Antonio Castellote aquÍ:

http://teruelandia.blogspot.com.es/

Un cordial saludo

Anónimo dijo...

Por muy culta que sea una persona, aspire o no a gobernar a otras, puede ser, igualmente, de la peor estofa.
¿Los cultos pueden ser "buenos o malos" y los incultos se descartan automáticamente para gobernar?
No por más formación, cultura, conocimientos y preparación se es apto para ordenar nada a nadie.

La cultura es un patrimonio personal, que puede repercutir en la comunidad si dichas personas ponen de su parte en mostrar tales conocimientos o habilidades al resto del personal.

Desde luego, ni el pocero debe decirle cómo vivir al arquitecto ni viceversa.
En el único sitio donde una persona puede y debe hacer y deshacer a su antojo es con sí misma, no con las demás.