“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 21 de diciembre de 2012

Mi último suspiro

Escribo estas líneas el 20 de diciembre, la víspera de que se acabe el mundo, según predijeron los mayas. Como esto no lo va a leer nadie, porque todo se habrá ido a la mierda, aprovecharé  la oportunidad para desahogarme y soltar todo lo que me he callado durante tantos años. Para vivir tranquilamente y con la conciencia en paz las últimas horas de mi existencia. Para ajustar cuentas con todos los  cabrones y las cabronas que me han amargado la existencia. La lista es tan numerosa que no cabría en el corto espacio de las veinticinco líneas de esta columna. Así que solamente reseñaré a los malnacidos principales. En primer lugar, Francisco Franco, dictador de voz aflautada. También quiero incluir en mi lista a los rojos que en los años setenta querían hacer la revolución y unos años más tarde aparecieron en las listas de las alianzas populares y los pesoes y ahí siguen.  Decían que había que abolir la propiedad privada, que la religión era el opio del pueblo; y hoy  acumulan pisos, plazas de garaje, fondos de inversión y desfilan en las procesiones y se desgañitan cuando nos visita el Papa. De los curas tampoco quiero olvidarme. Fueron los responsables de llenar de basura nuestras mentes infantiles y adolescentes y de hacernos ver la vida en negro, el mismo color de sus sotanas y de su sucia conciencia. Me cisco en los maestros  sádicos, los de la letra con sangre entra.  Condeno a todos patrioteros que quieren defendernos con tanques y fusiles frente a los enemigos exteriores, casi siempre enemigos imaginarios. Mi mayor desprecio hacia  los asesinos, sean etarras, mafiosos, grapos, de derechas, de izquierdas, nacionalistas vascos, catalanes o españoles. No quiero irme de este mundo sin maldecir a maltratadores, violadores, estafadores, censores, banqueros, comisionistas, estraperlistas, diazferranistas y urdangarinistas. También abomino de  los que creen que su autoridad emana de Dios o del color de su sangre y en nombre de Dios o del linaje han cometido y cometen todo tipo de actos repugnantes. Si has llegado hasta aquí en la lectura querrá decir que los mayas no acertaron con sus cálculos y te habrás enterado de qué me acordaré unos momentos antes de estirar la pata.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, por si acaso los mayas estaban tibios de mezcal cuando predijeron esto, te sugeriría que fueras preparando un artículo para acordarte de la navidad y todos sus vomitivos aspectos.

Salud

Ariadna dijo...

Igual te vale más la pena acordarte de lo bien que lo has pasado con alguna gachí imponente,en algún viaje iniciático, o recordando como "encorrías" gallinas cuando eras pequeño.
De los cabrones y cabronas ya te acuerdas todos los días.
Que pases unos buenos días, y si son felices, mejor que mejor