Don Francisco Pizarro, hermano de don Manuel, ha sido
elegido decano del Colegio Notarial de Aragón. El abuelo sería lo que fuera
pero es innegable que algunos de los nietos le han salido brillantes. Manuel,
abogado del Estado y Francisco, notario. Dos curros para los que hay que
aprobar unas oposiciones duras. Y en los que se gana una pasta gansa.
Especialmente el de notario. Es un curro cojonudo: el notario es un funcionario
público con un salario privado. Y sin competencia. En otros trabajos, como el
de médico, tabernero o dueño de una academia de inglés, se instala otra consulta, montan una taberna al lado o abren en el local
de enfrente una franquicia de Home English y te han jodido el negocio. En el de
notario, no. Tienen su territorio protegido y nadie les chafa el chollo.
Seguramente, los notarios creen que la competencia es la base del sistema
capitalista de libre mercado. Y que la
competencia es buena. Para todo el mundo. Menos para ellos. Doy fe. Don
Francisco será muy listo, no lo dudo, pero en la entrevista que le hacen en el
Heraldo de Aragón del domingo, 18 de noviembre, lo único que le preocupa es la
pasta, los aranceles que cobran los notarios, la sostenibilidad económica la
llama él (lo repite tres veces en la entrevista). Como se venden menos pisos y
se gestionan menos hipotecas, se hace menos caja. Pobrecillos. Como no salgamos
pronto de la crisis, nuestros notarios y
notarias se van a convertir en diezmileuristas. Tantos años de estudio, de
quemarse las pestaña bajo la luz del flexo y de agujerear jerséis por la parte del codo, para nada. En otras profesiones las cosas están más
claras pero a los pobres notarios el Estado los castiga con un sistema
retributivo—o de sostenibilidad económica—muy injusto. Así lo explica don
Francisco: “En la notaría, hay unos documentos cuyo coste del arancel es muy
barato porque otros son más caros. Hay una especie de financiación de un
documento con otro y el que más compensa es el de la compraventa o el préstamo
hipotecario”. Más o menos el mismo
sistema que las impresoras: la máquina cuesta una miseria pero ya verás cómo te sablean cuando vayas a comprarles los
cartuchos de tinta.
Evaristo Torres Olivas
Las cosas como son: a los notarios se les podrán reprochar muchas cosas pero no que escatimen en rayas para la firma
6 comentarios:
¿Alguien sabe si Drácula era notario colegiado? Sólo por curiosidad... .
Ser notario es un trabajo cojonudo pero se lo tienen que currar; dejarse la juventud entre libros y tomos, estar presente y disponible todos los días en el trabajo, soportar a familias enfrentadas, tener empleados eficientes y bien preparados, locales para archivar lomos y lomos pero la madre de todos los chollos son las farmacias, tampoco hay competencia territorial, no tienes ni que pasar por el local; los empleados, tenderos, se ocupan de todo mientras tu puedes estar en Las Bahamas y para tener una lo único que tienes que tener, aparte de la carrera de farmacia, es pasta, mucha pasta. Por metro cuadrado es el mejor negocio del mundo, salvo empresas afincadas en Gibraltar.
El tema de los notarios, estancos, farmacias, registradores de la propiedad y alguno más que hay, es de vergüenza.
Sí, si tendrán que estudiar mucho los notarios para acceder al título, pero eso no cambia que sean unos parásitos así como totalmente prescindibles.
Según que farmacias.Hay algunas que están casi o en la ruina gracias a las últimas del PP.Date una vuelta por algunos pueblos de Teruel,por ejemplo.
No tienes ni idea de como están económicamente algunas farmacias.Date una vuelta por algunos pueblos de Teruel,por ejemplo.
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