“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 27 de julio de 2012

Tolón, tolón

Recoge el Diario de Teruel del día 17 de julio unas declaraciones de mi enemigo del alma, el censor Arrufat. He de admitir que de todas las tontadas que ha pronunciado el censor, en todos los años que le vengo siguiendo, las que cierran la reseña del 17 y que reproduzco aquí en letras grandes, se llevan el Oscar y el Goya y el Cesar  a la majadería más gorda pronunciada por el censor socialista obrero español. Declara: “El trabajo en la mina no es un trabajo cualquiera y entraña un enorme riesgo”.  Para decir semejante obviedad se requieren años de experiencia política, los que tiene don censor. Cualquiera de nosotros, por nuestra bisoñez, nunca seríamos capaces de llegar a conclusiones tan certeras. También puede ser que debido a su formación como veterinario, Arrufat haya aplicado sus conocimientos sobre la vaca lechera, que no es una vaca cualquiera, da leche merengada, mata moscas con el rabo, tolón, tolón, para aplicarlos a la minería. La vaca no es una vaca cualquiera y el trabajo en la mina no es un trabajo cualquiera, tolón, tolón. Y es que dentro de esa cabeza contundente que tiene el censor, que parece modelada a puñetazos por un escultor aficionado al boxeo, debe de  haber algo: aire o serrín. No de otra manera se explica que un senador del Parlamento español, a quien le pagamos un dineral entre sueldo, complementos por vicepresidencias, secretarías y vocalías de comisiones, dietas, plan de pensiones, mil ochocientos y pico euros mensuales para pisito en Madrid, AVE en primera clase, tres mil euros al año para taxis y no sé cuántas cosas más, entre ellas móvil de última generación con las llamadas al mundo mundial gratis total, ordenador personal y tablet, pueda decir semejantes chorradas en Madrid, en Teruel, en La Cerollera y hasta en Tegucigalpa si viajara allí. Cierto que el trabajo de minero no es un trabajo cualquiera y entraña un enorme riesgo. A diferencia del de alcalde de La Cerollera, presidente de la Diputación de Teruel o senador, que son trabajos para los que vale cualquiera y no  entrañan ningún riesgo. La prueba es que los ocupa o los ha ocupado el censor Arrufat. Un cualquiera.   Conozco a muchos militantes del PSOE y sé cómo se eligen las listas del partido en Teruel: a dedo y para siempre. No de otra manera se explica que gente tan mediocre como el censor, el de ojitos dormilones, nos ridiculicen en todas las instituciones en las que asientan el culo. Si ustedes tienen tragaderas suficientes, entren en la página web del Senado y vean y escuchen la intervención del día 17 de julio de Arrufat. Yo he llorado de rabia y de vergüenza. Los turolenses no nos merecemos a políticos tan tarugos.
Evaristo Torres Olivas  

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Senado sobra.