A Manolete lo mató Islero

Se llama Octavio López y es secretario general del PP en Aragón. El Diario de Teruel del día 16 de junio publica una entrevista con este político. No es una gran entrevista ni el político es un gran político. Don Octavio tiene las tablas y la desfachatez de los malos políticos. Les transcribo una pregunta y la respuesta para que comprueben lo que digo.  Pregunta: Muchas de las reformas del PP no iban en el programa electoral. ¿No las explican porque son difíciles hasta para ustedes? Respuesta: Zapatero y Rubalcaba hablan y hablan para quedar bien y si las cosas van mal cambian y no pasa nada. Lo hacen porque lo tienen en el manual socialista. Tanto Rajoy como Rudi son gente seria y salen cuando tienen que hacerlo y cuando son cosas importantes. No se puede estar diciendo durante tres años brotes verdes y aún seguimos con la crisis económica. No sé a ustedes, pero a mí esa respuesta me parece una tomadura de pelo, una falta de respeto a los ciudadanos. Se le pregunta por manzanas y nos endiña un saco de patatas. Como si a un estudiante le preguntan en el examen de selectividad que escriba sobre la Guerra de la Independencia y el tío contesta que Manolete era un buen torero y que lo mató un toro de nombre Islero. Al estudiante le ponen un cero del tamaño de un piano de cola pero a don Octavio seguro que sus correligionarios le golpean el hombro y le felicitan. A ese nivel de degradación hemos llegado en la nación de naciones, región de regiones, Estado español o España. Que los políticos nos chuleen de esa manera es culpa de todos: de los ciudadanos por votar a semejantes impresentables; y de los periodistas por transcribir sin más cualquier chorrada que conteste el entrevistado, sin ni siquiera reprocharles, como en el caso que nos ocupa, que no le ha preguntado ni por Zapatero ni por Rubalcaba sino por las medidas tomadas por el PP y que no aparecían en el programa electoral. Los sujetos como Octavio López se pitorrean de nosotros porque se lo permitimos y porque muchos periodistas, en lugar de defender los intereses de los lectores, se ponen del lado del poder. De ahí que tanto la política como la prensa estén cada día más desacreditadas. Así lo piensa el gran periodista Gay Talese cuando afirma que “la prensa estadounidense dejó de hacer preguntas, ya no cuestiona el poder. Los periodista de hoy le hacen el juego al Gobierno, son como funcionarios”. Pues en España, igualico. 

Evaristo Torres Olivas