Evaristo Torres Olivas
jueves, 19 de julio de 2012
El populista Guillén(5)
Guillén es un blablabeador profesional. Pero blablabea mal. Le faltan cultura y humildad y le sobran ignorancia y soberbia. Guillén es un político Guadiana: se esconde durante mucho tiempo y de repente, cuando no te lo esperas, aparece. O también lo podríamos llamar político Vesubio, que suelta su mala lava (o mala baba) sin previo aviso. A mí, con el tostón de Guillén me pasa lo mismo que con el bosón de Higgs: que no entiendo nada. Pero por distintos motivos: en el caso del bosón, la partícula misteriosa que lo explica todo, desde el origen del universo y su expansión a todo trapo, al porqué de la masa de los cuerpos subatómicos, no entiendo nada porque es demasiado complejo para un cerebro tan básico como el mío; en el caso del tostón de Guillén, porque todos los cerebros humanos están protegidos por una fina capa semipermeable que impide que penetren las simplezas a lo Guillén que podrían dañarlo. Entender el bosón de Higgs solamente está al alcance de las mentes privilegiadas de los físicos; entender a Guillén no está al alcance de nadie, ni siquiera de las mentes más brillantes del CERN, el laboratorio suizo en el que se busca al bosón. Otra diferencia entre el tostón de Guillén y el bosón de Higgs es que, en el caso del bosón, se ha podido demostrar, no me digan cómo, que el vacío y la nada no son lo mismo: en el vacío hay algo y en la nada no hay nada; en el tostón de Guillén, todo es nada, el vacío de su discurso y la nada de sus ideas. Pero es que, además, las partículas del discurso de Guillén no tienen masa, y, al carecer de chispa, tampoco ejercen atracción. Dan vueltas como un burro atado a una noria o como las polillas alrededor de una farola, pero sin ningún otro propósito que no sea el de molestar. Si el bosón de Higgs explica el origen del universo y de la vida, el tostón de Guillén no explica nada sino la decadencia a la que se puede llegar cuando los blablabeadores blablabean. La ciencia resplandece gracias a la inteligencia, la prudencia y el rigor de físicos como Higgs. La política se tiñe de negro por culpa de la torpeza, la ignorancia y la incompetencia de chapuceros como Vicente Guillén Izquierdo.
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A estacazo limpio
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