“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 12 de junio de 2012

Con el paso de los años

Con el paso de los años me estoy reblandeciendo. Me vuelvo más tolerante con los intolerantes. He estado repasando textos que escribí hace diez años y si los comparo con lo que escribo ahora, me doy cuenta de que he perdido gas.  Me estoy desbravando, como la gaseosa. A lo mejor en eso consiste hacerse viejo. Y también en que hace unos años ni sabía el nombre de mi médico de cabecera y desde hace dos voy camino de conocer a los titulares y a los suplentes de todas las especialidades del Polanco. O en que no hace mucho, después del postre –una ración doble de tarta de chocolate o una copa de fresas con mucha nata – me tomaba simplemente un café y ahora el postre es una manzana o un kiwi y el café,  un cortado descafeinado de máquina con leche desnatada y sacarina. Este parece ser un comportamiento general, no solamente mío.  Con el paso de los años nos volvemos retorcidos y barrocos y en lugar de llamar al pan, pan, al que roba, ladrón y a Franco, dictador, ahora llamamos pan a cualquier marranada con harina, al ladrón, presunto y a Franco, anterior jefe del Estado. E incluso, que es lo más grave, mucha gente dice que es de izquierdas porque vota al PSOE. Igual va a tener razón aquel que dijo que quien a los veinte años no es de izquierdas, no tiene corazón y quien a los cuarenta sigue siendo de izquierdas, es un tontolculo. A mí me faltan tres para los sesenta y aunque todavía sigo cojeando de la pata izquierda, me da miedo acabar mis días hablando bien de la etapa de Antonio Arrufat en la Diputación de Teruel, recordar con cariño los discursos de Mayte Pérez, llorar releyendo una tribuna de Vicente Guillén o pedir una y otra vez a la bibliotecaria del geriátrico las inexistentes obras completas de Vicente Larred.   Para que esas cosas no me sucedan a mí, desde hace unos meses he empezado con los sudokus y los crucigramas. Ahora estoy con uno que empieza así: Horizontal 1: nombre de pila de una diputada provincial de Teruel que alojaba a su hijo en un piso de la Diputación para ahorrarse el pago de una residencia de estudiantes. Vertical 3: nombre del político español que dijo: “Los árboles centenarios de la plaza tienen por lo menos treinta o cuarenta años”.
Evaristo Torres Olivas

No hay comentarios: