“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 3 de mayo de 2012

Los negros la tienen más grande

En esta columna no voy a ser original. Voy a hablar de lo mismo que la periodista y escritora Rosa Montero en el suplemento de El País del domingo, 29 de abril. Ella titulaba su colaboración Los gitanos son los mejores amantes. Hablaba de los mecanismos que se utilizan para llamar la atención. Salvo que conozcamos los trucos de los expertos en marketing y publicidad, lo que ustedes y yo escribimos lo leerán cuatro gatos. Ellos, los expertos en marketing y publicidad saben muy bien cómo hacer que los mensajes lleguen a la gente. Y los periódicos sensacionalistas también saben atraer al lector con sus portadas y sus titulares escandalosos. Lo que  más se llama la atención es el morbo, la violencia y el sexo.  Titulares del tipo Un hombre con dos cabezas pide al Gobierno que le subvencione al menos un casco para la moto,  aseguran que la gente leerá el artículo. También tienen la atención asegurada estos otros: Detienen a un concejal del PP copulando con una gallina en un parque; Silvia Inés, la novia del torero Ramoncito de Sanlúcar, le pone los cuernos; Un turista alemán mata a un amigo y se lo come con patatas. Esto no es nada nuevo; se viene utilizando desde hace mucho tiempo. La prensa rosa y la sensacionalista vendían y venden cientos de miles de ejemplares con títulos exagerados. Uno pica, compra el periódico o la revista y cuando lee el contenido del artículo o del reportaje, en la mayoría de los casos resulta que se habla de cualquier otra cosa menos de lo que se afirma en el titular y en otros solamente se toca de refilón o se trata de simples rumores, sospechas o,  peor aún, noticias inventadas, fabricadas o pactadas entre los protagonistas. Ahora, en la era de Internet, si usted quiere que lean sus blogs o que hagan clic en los artículos que envía a los periódicos digitales, y que se conviertan en noticias más leídas o incluso en trending topic, asegúrese de que el titulo es potente, escándalo, políticamente incorrecto. No importa que el texto posterior nada tenga que ver con el título. Cuando el lector se dé cuenta, ya habrá leído su artículo, que es de lo que se trata. Como yo en este, que no he hablado ni de negros ni de tamaños.

Evaristo Torres Olivas
Los negros la  tienen más grande

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