“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 14 de mayo de 2012

La jura de bandera civil (III)

En la anterior columna hablaba de glamour. Y de glamour hablaremos en esta. Miren la foto. Observen el porte marcial del señor con el abrigo en el brazo. La elegancia natural. El corte perfecto del traje (compárenlo con el del que va delante, al que le sobra tela de la manga o le falta brazo). El nudo de la corbata, impecable. El cuello de la camisa, perfecto. La mirada al frente. Impone. Parece un general de paisano. O un descendiente de Napoleón. O un campeón de marcha olímpica retirado. Se siente importante. Sabe que lo miran y se esmera en desfilar con chulería, que no arrogancia. Bizarro y gallardo. Un señor. Un caballero. Nacido con el factor X, el gen de la elegancia natural, no aprendida ni fingida. Todo eso diría  si no lo conociera y me preguntaran; y además añadiría  que se trata de una persona con un alto nivel intelectual, con un historial de éxitos a sus espaldas; de los que vienen al mundo no a causar problemas sino a resolverlos. Seguro de sí , resuelto. Pero como podrán comprobar todos los lectores que conozcan al del abrigo en el brazo, mi ojo clínico es menos de fiar que las previsiones de los economistas o las promesas de Rajoy en campaña electoral. El señor de la foto es Vicente Larred, de profesión eterno segundón del PSOE de Teruel y cobrador del erario desde hace mil años. Hace unos meses escribí una columna en este blog sobre el personaje. Y ahora  las preguntas que me hago son: ¿qué hacía el señor Larred en la jura de bandera civil?, ¿qué esconde debajo del abrigo?, ¿hizo la mili el señor Larred?, ¿quién fue su sargento instructor?, ¿en qué momento pensó que la política era más rentable que el póquer?, ¿es cierto que si comparamos el sueldo que cobra y lo que ha aportado a Teruel (nada) sea tal vez el político mejor pagado del mundo?, ¿piensa volver a trabajar algún día?, ¿no le da vergüenza el mal ejemplo que puede dar a los niños cuando conozcan su trayectoria?, ¿cabrían sus obras completas en el canto de un palillo o se necesitarían dos?, ¿cuántos como él desfilan por la política española? Todas esas preguntas me hago. Si algún lector conoce las respuestas, le agradecería que las compartiera con nosotros en este blog.
  
Evaristo Torres Olivas
Foto: Evaristo Torres
¡Atenta la compañía! ¡Firmes! ¡Ar!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien pincho que va el hombre.
A tú lo que te pasa es que no compras las camisetas en Alejandro Moda y le tienes tirria; zanorio, más que zanorio.

Anónimo dijo...

El problema no es la propia "jura", sino que serían infinitamente más útiles a la sociedad de la que se sirven, no a la que sirven, si realmente dejaran de "hacer el indio". Unos controlando a los otros y dando cuentas a la ciudadanía, claro que tampoco las exigimos.
Pero no, ahí los tienes, a todos, haciendo el ganso.
Está claro que si un domingo cualquiera no vas a hacer el ganso como todos estos es que no eres "naide".
PD: No te olvides del amigo Simón que tambié sale en la foto. Otro insigne luchador por la libertad.
Fdo:Liberal

Anónimo dijo...

Evaristo, aunque no te acordaras, ya te he mentada alguna vez las tragaderas que te gastas.
Yo no soportaría presenciar tanta caspa, ni mis nervios están para tragar tamaña basura.

Salud