“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 12 de marzo de 2012

El coste

Los políticos nos recitan siempre la misma monserga. Antes se convierte el plomo en oro que reconocen que la han cagado en algo. La inauguración de las luces del Torico en el 2007 coincide con mi retorno  a Teruel, después de muchos lustros de ausencia.  Desde entonces, todos han sido cagadas, una tras otra. Biel tomándole el pelo a sus paisanos contando todo tipo de mentiras, engaños y gilipolleces. Si no  lo creen, vayan al Diario de Teruel y revisen las declaraciones y entrevistas a don José Ángel. Tampoco han faltado autobombo y propaganda para decirnos que al estudio de arquitectura b720 le dieron todo tipo de premios, de esos que, según algunos malintencionados, si pagas te los dan. Y cuando los puñeteros leds no han funcionado ni un puto día, además de excusas, los políticos nos contaban que la reparación no le iba a costar nada al contribuyente. Lo ha vuelto a repetir el consejero de Política Territorial e Interior,  Antonio Suárez (PP),  en el Diario de Teruel del día 7 de marzo al decirnos que “no tendrá coste alguno para los ciudadanos”. Esto lo cuenta porque el principal responsable de la cagada de la plaza, Biel, es ahora socio de gobierno del PP y a lo mejor decir la verdad puede enturbiar las relaciones con el Clavico del abanico. A mí me parece que las putas luminarias ya nos han costado un huevo. Voy a enumerar algunos de esos costes. Hemos estado más de cuatro años con una plaza sin terminar. Como el que se compra un piso nuevo y está cuatro años sin ascensor o sin luz  en la cocina; o si compramos un coche nuevo y durante cuatro años no funcionan los intermitentes. Otro coste es el de las molestias de soportar a  los operarios haciendo reparaciones cada dos por tres. Hay también un coste de imagen: los turistas que nos visitan y ven una plaza en la que la mitad de las luces están estropeadas o la iluminación se parece más a la de un puticlub de carretera que la que se merece la plaza principal de una ciudad. También está el coste de las muchas reuniones de políticos, cuyo salario pagamos los contribuyentes, para buscar excusas de por qué no funcionan las luces, en lugar de dedicarse a ayudar a crear puestos de trabajo o eliminar los gastos inútiles. Y también está el coste de soportar los experimentos de unos fabricantes de luces que han tomado a Teruel como conejillo de Indias.

PS: El Diario de Teruel de ayer domingo recoge en portada el siguiente titular:El Tribunal de Cuentas cuestiona el sobrecoste y el retraso de la reforma del Torico

Evaristo Torres Olivas

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