Todo me recuerda a ti, censor. No, no se trata del título de una canción de amor. No eres mi tipo. No me gustas. Nada. Eres feo. Por dentro. Lo que me ha hecho recordarte esta vez ha sido un artículo inédito de Camus que acaba de publicar el diario francés Le Monde. Habla de la libertad de expresión. ¿Te suena? Ya sé que tú no eres muy partidario de la libertad de expresión (salvo de la tuya). También tengo mis dudas de que sepas quién era Albert Camus. Y de conocimiento del idioma francés tampoco debes de andar muy sobrado. Te he escuchado en varias ocasiones y sé que tu nivel cultural es manifiestamente mejorable. Sólo hablas cuando te lo escriben. Y si el español lo hablas mal, lo más probable es que cuando te pongas a cascar en la parla de los gabachos, metas la pata hasta el corvejón, palabra esa sí que te será familiar porque estudiaste veterinaria y de cuadrúpedos algo sabrás. El artículo está escrito en 1939, unos meses después de terminar nuestra Guerra Civil y apenas comenzada la Segunda Guerra Mundial. Destinado para su publicación en el periódico Le Soir Républicain, fue prohibido por las autoridades, por gente como tú, censores de tu misma calaña. Que la suerte de un periódico dependa “del humor o de la competencia de un hombre demuestra mejor que cualquier otra cosa el grado de inconsciencia a que hemos llegado”, dice Camus. El artículo entero está sembrado de sensatez y de buenos consejos para los periodistas, para que sorteen las dificultades que les ponen los censores como tú. Dice, por ejemplo, que "una verdad expresada en tono dogmático es censurada nueve de cada diez veces", mientras que "la misma verdad dicha humorísticamente, sólo lo es cinco de cada diez". Para añadir a continuación que “la verdad y la libertad son amantes exigentes porque tienen pocos novios". También nos dice que hay que repudiar algo que tú y tu partido hacíais cuando ejercíais la censura en el Diario de Teruel: “le bourrage de crâne”, que traducido libremente al castellano significa la comedura de tarro. ¿Sabes qué te merecías, Antonio? Lo mismo que hacía Le Soir Républicain cuando le censuraban un artículo: dejar en blanco el espacio que ocupaba el texto censurado para que los lectores supieran cómo se las gastaban los enemigos de la libertad de expresión. Tus colegas.
Evaristo Torres Olivas
Entre estas dos personas hay ciento diez mil diferencias. La primera es que al de la foto de arriba le chifla la censura y al de la de abajo le chiflaba la libertad.
2 comentarios:
Censor y socialista, que aparecio de la nada y pin pan pun amigo de Vicente (otro que sus artículos son en primer lugar, en segundo lugar y así eternamente, tanta licenciatura tan mal aprovechada, que en público se pone nervioso y lleva como Senador desde los 23 años). Pues bien estas dos figuras democráticas se lo montan muy bién todo por unanimidad de los militantes que esperan que algún día les resuelvan la vida, cuando estos sólo resuelven su vida, dan poco ejemplo de lo que es ser democrático (gestora en Alcañiz y en su día en Andorra, para cargarse a los Guía). Dos amigos que defienden sus intereses y no los del socialismo, atreverse a manipular y falsear asambleas que no se han realizado en pueblos pequeños, y luego salen por unanimidad de una corte de plañideros que de un lado u otro sacan, pero no principios ejempleralizantes de lo que es ser socialista. También atacan la libertad de expresión ¿Cuanto miedo tienen de que se diga la verdad? En fin dentro de 20 años volveran a gobernar los mios, pero sin estos, que con los resultados electorales sí se debería haber montado una gestora, que no todo ha sido la crisis sino la ignorancia.
Amigo Evaristo. Pues no te pierdas la entrevista que le hicieron el otro día en La Comarca del Bajo Aragón.
Sin comentarios.
No digo más porque sería inconstitucional.
Un saludo.
Vïctor Guíu
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