El domingo pasado murió en un accidente de moto el italiano Marco Simoncelli. Es una putada perder la vida a los 24 años. Y perderla sin ton ni son, a lo tonto. Practicando un “deporte” de mucho riesgo, en el que te la juegas a trescientos kilómetros por hora. En realidad, de deporte no tiene mucho, en mi opinión, y sí de escaparate para vender motos. Pero no cualquier moto. Motos potentes, para disfrutar a toda pastilla. Marco ha muerto y lo lamentamos. Pero ¿cuántos chavales mueren todos los días intentando hacer en las carreteras lo que hacen los pilotos en los circuitos? Al día siguiente de morir aplastado Marco, leo la propaganda de una moto en un periódico digital. Transcribo las palabras con las que ilustran las fotos de la “fiera”: “La configuración más adecuada para una moto como la S 1000 RR es en solitario, para disfrutar de todas las posibilidades de la conducción deportiva buscando los límites de un conjunto tan próximo a la competición. BMW actualiza su motocicleta superdeportiva, la S 1000 RR. Una máquina exclusiva, muy próxima al mundo de la competición, de carácter radical, y destinada a los amantes de la conducción más dinámica. Las modificaciones han tendido a mejorar la manejabilidad y agilidad general del conjunto, sin perder por ello aplomo a alta velocidad. La capacidad prestacional de esta moto se resume de forma sencilla: entrega casi 200 CV de potencia para mover sus apenas 204 kilos de peso. Es decir, prácticamente una relación 1/1 que se traduce en unas reacciones cercanas a la competición.”. He puesto en negrita las palabras que en mi opinión incitan a partirse la crisma y a que los chavales traten de emular a sus ídolos: conducción deportiva, máquina exclusiva, alta velocidad, doscientos caballos de potencia, radical. Eso sí, las autoridades, en la próxima carrera, guardarán un minuto de silencio delante de una moto de Marco Simoncelli, lo mismo que hicieron en Alcañiz cuando murió otro piloto, Tomizawa. En aquella ocasión estaba Biel, el clavico del abanico, el que muele gordo, el padre de Motorland (según él), el que con cuatro votos lleva treinta años en primera línea de la política aragonesa. El campeón. ¿Tendrá moto?
Evaristo Torres Olivas
Nuestras autoridades guardan silencio
2 comentarios:
Uno de tantos ejemplos de que para vender, para los macro comerciantes cualquier método es bueno, no importan las consecuencias.
Biel está subido a la moto desde hace treinta años y, desde hace treinta años, nos vende la moto. Nos está bien por GILIPOLLAS. Evaristo ¿Qué me dices de los alpinistas que pierden la vida por subir a 8.000metros?
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