Tontos y listos

La ignorancia es muy atrevida y hace mucho daño. E ignorantes hay en todas partes. Decía no sé quién que la mejor manera de entender un problema complejo es mediante una solución sencilla y…..equivocada. Una de las simplificaciones equivocadas es la de identificar a todo un pueblo de acuerdo con el comportamiento de sus mandatarios. Yo que viví en Francia cuando el dictador Franco dictaba, puede comprobar cómo los franchutes nos consideraban orgullosos, prepotentes, autoritarios y violentos. Creían que éramos todos unos virtuosos de la guitarra, de las castañuelas y del taconeo, aunque hubiéramos nacido en San Vicente de la Barquera o en Villarquemado. Lo mismo sucede ahora con los árabes en general: como están gobernados por fundamentalistas religiosos o por reyes absolutistas o dictadores disfrazados de presidentes, tendemos a atribuir a todos los árabes los mismos defectos que a sus mandatarios. Conforme España iba avanzando en su proceso democrático, la visión que tenían los extranjeros de los españoles también iba mejorando. Esto lo pude comprobar en mis viajes durante muchos años por Europa y América del Norte. Un español podía ser igual de tonto o de listo que un sueco, un alemán o un nacido en Denver, Colorado.  Con todo lo que está sucediendo en los países del Magreb y de Oriente Próximo, espero que cambie el concepto que tenemos de los moros, los árabes, los iraníes, los blancos, los negros y los tostados. La realidad es que en Alemania o en Egipto hay muchos más tontos que en España. Y también muchos más listos. Por razones estadísticas: tienen muchos más habitantes que nosotros y como el porcentaje de tontos y listos es el mismo en cualquier conjunto de personas, en números absolutos nos ganan, tanto en tontos como en listos. Estas evidencias deberían servirnos para enjuiciar a las personas por lo que son como individuos y no por la raza, creencia o color de los ojos. En mi estadística personal, la persona más violenta que he conocido es negra, el mayor sinvergüenza es blanco y de mi pueblo, la tía más lista se llama Verónica Woo y  es china y la mujer que más he amado es húngara, vive en Budapest y la conocí en un tren.

Evaristo Torres Olivas