Evaristo Torres Olivas
Chupete radio desperador, ejemplo de un sistema simple convertido en un sistema complejo
viernes, 29 de abril de 2011
El sistema
Escribí una columna sobre el método, otra sobre la estrategia y me dispongo en las siguientes líneas a largar sobre el sistema. Ya solamente me faltará la del régimen que aglutine método, estrategia y sistema. A diario leemos y escuchamos que hay una crisis de sistema o sistémica que dicen los finolis. También se habla de los antisistema, unos mozos y unas mozas que montan el pollo cada vez que se reúnen los de Davos. Pero ¿qué es el sistema? El sistema es lo que hay, el tinglado, el berenjenal, la maraña, el lío, el embrollo. Por ejemplo, el capitalismo, los mercados, los bancos y los paraísos fiscales. También son parte del sistema la economía sumergida, bajar los salarios a los trabajadores y subírselo a los directivos de las grandes empresas. La globalización, la PlayStation, Motorland, el PP, el PSOE y moler gordo. Benedicto XVI, las procesiones de Semana Santa, el fiestorro de la Primera Comunión y el bodorrio con crucero por el Caribe. El Ibex-35, Wall Street, la bolsa de futuros de Chicago. Las agencias de calificación que bendicen la mierda empaquetada de los bancos de inversión. El diferencial con el bono alemán, Botín, el FMI y el coltán del Congo. Los socialistas que viajan en primera con las perras de los contribuyentes, los analfabetos en los parlamentos y llamar reforma laboral a los despidos sin un chavo. Los Gürtel, los EREs de Andalucía. Messi, Ronaldo, Real Madrid, Barça, Fernando Alonso, el pit lane y la zona de boxes. Alcaldes que trincan comisiones, arrufats y guillenes que censuran periódicos, políticos que inauguran solares y planos de un botijo. Todo esto es un sistema. Un conjunto ordenado que contribuye a conseguir un fin. Hay sistemas simples y eficaces, como el sistema binario: luz apagada o luz encendida, político honrado o político chorizo, vaca preñada o vaca sin preñar. Pero a los humanos nos gusta enmarañar los sistemas simples. Ya no hay sólo luz u oscuridad, sino que perfectamente se puede estar a “media luz, crepúsculo interior, qué suave terciopelo la media luz de amor”. Un político ya no es chorizo u honrado sino que puede incurrir en un cohecho pasivo impropio, que es una tercera vía, algo así como un chorizo honrado, un medio ladrón o un medio sinvergüenza. Y en cuanto a las vacas, perfectamente pueden estar un poco preñadas, a medio preñar o preñadas hasta los topes.
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A estacazo limpio
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