Barcos, aviones y políticos

Uno de los temas recurrentes en estas columnas diarias es la mediocridad de los políticos en general, y de los que tenemos en Teruel, en particular. No es que aquí sean peores que en el resto de España. Si el sistema de elección es el mismo en todas partes, es de suponer que los resultados sean homogéneos. Pero cuando se hacen una crítica hay que apoyarla con argumentos, hechos y datos. Yo vivo en Teruel y es comprensible que me interese más lo que sucede en Teruel que los asuntos de los políticos de León, Palencia o Ciudad Real. Y es mucho más fácil documentarse cuando se está cerca: además de sus declaraciones en prensa, o de leer sus blogs, uno se encuentra a los políticos a diario en actos, presentaciones o en la barra del bar, fuentes todas ellas muy fiables y de primera mano. Para resumirlo en pocas palabras: yo he sido testigo presencial de la ignorancia de nuestros políticos locales. Y también de la brillantez de otros, que también los hay capaces. Pero este segundo aspecto no es noticia para mí. Al igual que no son noticia que un barco navegue o que un avión vuele, y solamente lo son cuando el barco se hunde o el avión se estrella. Un político que cumple con su responsabilidad y ejerce su cargo según se espera, no debe ser noticia. Además, los aparatos de los partidos ya se encargan de propagar lo buenos que son y lo bien que gestionan. Se necesitan voces independientes para conocer la realidad. Como la de Julián Casanova cuando dice: "La clase política española vive un momento de gran ignorancia: su capacidad de análisis es insuficiente, los políticos no leen, no han viajado mucho, no hablan idiomas... Además, el sistema de reclutamiento de los partidos no elige a los mejores, sino a los más fieles. Todo esto provoca que los que critican el poder sean sospechosos para ellos". O la de Wikileaks, que al modo de las cajas negras de los aviones, nos descubre los hechos tal como sucedieron y no como les interesa a los causantes del desastre, que intentarán escurrir el bulto y endiñarle el marrón a los demás. Son a los que les interesa que la caja negra nunca aparezca o que Wikileaks desaparezca.

Evaristo Torres Olivas